Un paisaje casi lunar para dos personajes heridos de muerte
Tras un relato de treintañeros americanos, una película de época, un viaje a Vancouver, una estancia en una plataforma petrolera y un paseo por Tokio, Isabel Coixet ha emprendido su obra más radical. Y ya saben lo que reza el tópico: radical viene de raíz, o sea de esencia, de fuerza, de tierra, de orgánico. Ayer no termina nunca es su filme más sencillo, más desnudo. Un hombre y una mujer se reencuentran para divorciarse tras un tiempo de dolorosa distancia. Los silencios y reproches acumulados y nunca vaciados presiden el encuentro y un trauma terrible sale a la luz para poner a prueba su aguante. Coixet filma a Javier Cámara y Candela Peña –que ya fueron pareja en Torremolinos 73– en absoluta soledad, en un futuro desalmado en que la crisis de nuestros días ha desembocado en casi una hecatombe mundial. Sí, es una obra futurista de pésimo diagnóstico, desgarrada en su retrato del desastre, tan crítica y desesperada como un grito en el vacío.
Es también algo reiterativa con otras películas de Coixet. La ausencia, el dolor y el trauma parecen interesar sobre manera a esta alquimista incansable que no teme repetirse y que concentra sus esfuerzos en hurgar cada vez más hondo en las heridas de sus devastados personajes.
Encontramos aquí esencias de Mi vida sin mí, La vida secreta de las palabras y Elegy, pero expresadas de forma bastante más directa. Con una puesta en escena casi teatral –dos personajes que deambulan por un escenario vacío– se adivina a una Coixet poseída por un tono y una intención casi beckettianos, que flirtea con el subconsciente y que juega a fondo la imprevisible carta de la extrañeza.
Cuesta lo suyo adentrarse en tan personal propuesta, en algunos momentos algo irritante y afectada en lo dramático, demasiado intensa y autoconsciente, pero al fin y al cabo valiosa. ¡Ah! Y es golosa la tentación de ensalzar a los dos actores como valor absoluto de la película. Y no. Están bien, incluso muy bien, pero no excelentes.
VEREDICTO: Javier Cámara –hiperactivo- y Candela Peña –reencontrada– actores ideales para Coixet.
Autor: Toni Vall (Cinemanía)
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