martes, 5 de marzo de 2013

Un asunto real



Algo olía a podrido en Dinamarca durante el reinado de Christian VII, por mucho que el monarca no tuviera esa cita entre sus favoritas de Shakespeare. Trastornado, inseguro y fácilmente manipulable, su consejo de ministros hacía y deshacía a su antojo mientras él se emborrachaba y visitaba burdeles. Ante ese panorama, un grupo de ilustrados, encabezado por el médico de cabecera del rey, vio la oportunidad de modernizar el país con las ideas de Voltaire y la connivencia de una reina hija de la Gran Bretaña y plenamente informada.

Nominada al Oscar en la categoría que podríamos denominar “la de los subtítulos”, Un asunto real consigue transmitir la realidad oscurantista y maquiavélica de una corte que desde las cavernas del Antiguo Régimen vislumbra la luz del cambio. Lo hace sin dar el coñazo con documentación farragosa ni presentando una galería infinita de chambelanes, lo que es un mérito añadido dado el amplio bagaje que un espectador medio tiene sobre historia danesa.

No hace falta con actores cuya presencia por sí sola evoca carisma y autoridad. Es el caso del doctor al que interpreta un soberbio Mads Mikkelsen, que con nada y menos arma un personaje complejo, pero también el de Alicia Vikander, una revelación absoluta como la reina Carolina Matilde. La relación entre ambos, el romance que viven a través de puertas secretas, articula una historia en la que la minúscula y la mayúscula se entrelazan. Latidos para bombear la era de la razón.

Autor: Manuel Piñón

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