jueves, 28 de febrero de 2013

'Weekend': Loco amor de fin de semana


Viernes por la noche. La semana laboral te ha dejado agotado y no tienes ganas de hacer nada. El sofá te llama, y la oferta de 2x1 de tu pizzería favorita, y la reposición de aquella película que tan poco te gustó pero que, incomprensiblemente, ves una y otra vez. De repente, suena el móvil. Llama un colega y éste no desiste en su intento hasta que salta el contestador. Siempre podrás decir que estabas en la ducha o que tenías puesto el modo Silencio. Pero el muy pesado vuelve a llamar. Dos, tres, cuatro veces más. Será importante. A la quinta va la vencida. Haces un esfuerzo sobrehumano para incorporarte y contestar a su llamada. Al final no había ninguna urgencia... más allá de las ganas de farra. Bueno.

Una extraña fuerza se apodera de ti y cuando te has querido dar cuenta, ya te has cambiado y te has reunido con los demás. El grupo al completo, listo para conquistar la ciudad, pone rumbo a la primera batalla de una larguísima y a priori gloriosa campaña. Pisos ajenos, bares, discotecas... con las bebidas de siempre, la música de siempre y las personas de siempre. Cuando sale el sol y en la cabeza retumban todavía los tambores de guerra, te das cuenta de que te has dejado embaucar, una vez más, por las más descabelladas promesas de botín. Te juraron que tuya sería la Luna, pero ahora mismo tienes poco más que una resaca de campeonato... y un Cuerpo No Identificado durmiendo en tu misma cama. Ha vuelto a pasar.

El corazón te dice que esta situación, así como todo lo que te ha llevado a ella, es tan triste como maravillosa. De hecho, quizás no sea ni una cosa ni la otra, quizás sea tu triste y maravillosa vida recordándote que sigues en ella. Quizás todo dependa de cómo se mire, de la cantidad alcohol en sangre o de quién esté esperándote entre las sábanas. ‘Weekend’, segundo trabajo de Andrew Haigh es precisamente esto. Los mecanismos que usamos para interactuar con nuestro entorno, es decir, las fiestas, las conversaciones -más o menos trascendentes-, los bailes, los arrebatos de amor, celos o más discreta ternura fluyen en ella con la misma naturalidad (grácil o torpe, pero natural a fin de cuentas) con la que lo hacen en la vida real.

El toque de la mejor Andrea Arnold se percibe en la manera de retratar lo monstruoso y lo bello de los típicamente “brit” fish tanks, escenario en el que se da un amor de loca juventud. Uno más, que no nos descubre nada nuevo, no por falta de inspiración en su concepción / retrato, sino porqué las intenciones autorales andan por otros derroteros. Transucrren las escenas, los personajes y, sobretodo, los diálogos entre los dos protagonistas, y el espectador atento verá en dicha sucesión, apuntes sobre la persistente homofobia incluso en las sociedades presuntamente más tolerantes (¡menuda palabrota!), sobre la caprichosa configuración de las pequeñas-grandes vivencias y sobre la fragilidad de este inestable y peligrosísimo motor que son las relaciones sentimentales.

Pero ninguno de ellos de ellos está recalcado con la suficiente fuerza como para hacerse -insultantemente- obvio. Simplemente están allá, para quienes quieran captarlos (y de la manera que más les plazca). Porqué resulta que el día a día está lleno de lecciones vitales, pero casi nunca nadie está ahí para congelar la imagen y decirte que atesores aquel momento que, sin saberlo, te marcará... o, con el paso del tiempo, te minará. Andrew Haigh, nos acompaña siempre, pero su presencia, más que hacerse obvia, se engrandece secuencia tras secuencia, al confirmarse éste no solo como un excelente observador, sino, más importante, sino como un creador de aquello que teóricamente no puede ser creado. Los arrebatos y las pataletas, la química y la electricidad de los mágicos enamoramientos de vera... perdón, fin de semana, están enfrascados en ‘Weekend’, brillante descubrimiento de uno de los talentos fílmicos británicos actualmente más prometedores.

Autor: Víctor Esquirol Molinas (El Séptimo Arte)

'Hermosas criaturas': Ni contigo ni sin ti


A nadie se le debería de escapar que el principal argumento que respalda esta adaptación del best seller de Kami Garcia y Margaret Stohl es lo que podríamos llamar "el efecto Crepúsculo". Y es que el tan incuestionable como doloroso éxito cinematográfico de la saga inspirada en la obra de Stephenie Meyer ha incitado a muchos a probar suerte en busca de una misma combinación de romanticismo adolescente de aspecto vagamente fantástico de la que vivir durante años, un producto -como hay que considerarlo- con unas intenciones, aspiraciones y sobre todo un público tan definido ante el que sólo tenemos dos alternativas si nos cruzamos en su camino y no formamos parte "de la secta": o asumirlo y aceptarlo como lo que es, o valorarlo en función a lo que vendría a ser una película cualquiera. En ambos casos podemos sacarle algún provecho, que ya es algo más que nada aunque sea menos que algo, si bien la diferencia entre con y de no queda del todo bien definida.

Por si aún quedaba alguien por descubrir la pólvora... decir que los valores que manejan estas 'Hermosas criaturas' son netamente industriales aunque su puesta en escena pueda resultar mucho más elegante, que lo es, de lo que viene siendo costumbre en esta clase de productos de gasto moderado y construidos a la vera de las hormonas de las adolescentes, única razón de ser de lo que podría haber sido una película incluso interesante, por qué no, de no haber estado tan condicionada tanto por su público como por su original literario. Y es una lástima porque mimbres había para hacer de 'Hermosas criaturas' un producto significativo y cuanto menos menos apto para todo tipo de públicos. Generalmente los hay, y aunque pasable dentro de un margen realista de pretensiones sus aspiraciones comerciales tergiversan por completo las posibilidades de un relato condenado a morir a la sombra de Crepúsculo, como si de fuese un derivado sin más personalidad propia que la presencia de una desatada Emma Thompson y un Jeremy Irons en modo 'Dungeons & Dragons'.

Si bien el recurrente e inevitable parecido más que razonable para con la Saga Crepúsculo es más espiritual que real, en ese sentido podríamos decir puestos a comparar por comparar que Richard LaGravenese le aporta una mayor dignidad al conjunto que el aportado por la infecta Catherine Hardwicke en la primera 'Twilight' de 2008. No obstante esta mayor dignididad que se respira por momentos no termina de cuajar en un producto realmente digno por culpa de las concesiones, lo dicho, tanto a su público objetivo como a la suponemos fidelidad del texto original, haciendo que además de irregular el producto final resulte a todas luces inconsistente y fallido. La intención, o al menos es esa es la impresión, es de hacer de ella una especie de producto a lo Crepúsculo al que se le pueda mirar a la cara. Un intento, en vano, que queda en agua de borrajas al chocar de frente con una realidad que sume al mismo en una especie de empate frustrante, por llamarlo de alguna manera, en donde local y visitante, menor o mayor de edad, salen insatisfechos de un resultado que a ninguno les vale ni les convence.

Ni contigo ni sin ti, como quien diría, y a mitad de camino de ninguna parte. En vez de apostar doble o nada LaGravenese se dedica a jugar al perro del hortelano entre el hueco intento por hacer algo parecido a una película y el aún más hueco intento por agitar las hormonas de la platea con unos intérpretes que, todo sea dicho, resultarían incluso simpáticos si el guión ni les tendiera las trampas de rigor ni pisoteara su dignidad a la mínima ocasión. Y es que la producción tiene tantos medios como miedo: medios para haber sido libre pero miedo para ser libre. Soy, pero me avergüenzo de ser. El "efecto Crepúsculo" convertido a la vez en su don y en su maldición. Más que en la hermosura estás criaturas terminan sumidas en su propio lado oscuro, consumidas por aquello que deben ser en vez de por aquello que podrían haber sido siendo lo peor de todo, sin duda, el ver como pasan por delante de nuestros ojos opciones y opciones con mucho potencial, e incluso momentos -como la escena de la cena- que sacan partido del mismo, pero que sin embargo terminan arrojadas en la basura.

O asumirlo y aceptarlo como lo que es, o valorarlo en función a lo que vendría a ser una película cualquiera. En ambos casos podemos sacarle algún provecho, que ya es algo más que nada aunque sea menos que algo, si bien la diferencia entre con y de no queda del todo bien definida. Lo cierto es que siendo realista, una vez uno se encuentra sentado en su butaca y asume que estamos ante un relato en el que decir "soy un bruja" causa la misma conmoción que decir "me estoy cagando", sus dos horas de metraje no se hacen pesadas... cierto es que se trata de una de esas producciones que en ocasiones nos lo pone tan fácil que es imposible no soltar una carcajada burlona. Pero también es cierto que la nota de corte no es que precisamente brille por su exigencia y que, dicho sea sin rodeos, la película no es un completo desastre; es más, incluso hay en ella cosas defendibles (como cierto humor autoconsciente). Decía que provecho le sacamos en ambos casos... el problema, si acaso, es que oscila tanto sobre un término medio tan aséptico que no alcanza lo que sí consiguió 'Crepúsculo': que nos riéramos de ella sin cargo alguno de conciencia.

Autor: Juan Pairet Iglesias (El Séptimo Arte)

Poster internacional de ‘Iron Man 3′


Aquí os dejamos el que podría ser el poster internacional definitivo de Iron Man 3, tal y como se está exhibiendo en algunos cines-

Autor: Rafa Martín (lashorasperdidas)
Vía: CBM

'Siete psicópatas', búfalos americanos


Un escritor de películas (Colin Farrell) se encuentra en medio de un importante bloqueo creativo mientras trata de escribir la historia de dos amigos (Christopher Walken y Sam Rockwell) que secuestran un perro. Pronto, el perro de un mafioso desaparece. Las cosas se pondrán todavía más complicadas cuando éste mafioso vaya buscando al poco inspirado guionista.

Martin McDonagh es, seamos directos, una de las cosas más frescas y directas que le ha pasado al mundo del cine norteamericano. Dramaturgo irlandés bastante laureado, su celebradísimo debut en el cine ‘Escondidos en Brujas’ (In Bruges, 2008) es para muchos cinéfilos una reliquia a redescubrir, aunque se trata, no hay duda, de una de las películas más atrevidas que se han hecho en los últimos tiempos.


En su segunda película, ‘Siete Psicópatas’ (Seven Psychopaths, 2012) demuestra que su radicalidad ha sido natural y lógicamente ignorada por la academia, como lo han sido muchos, aunque no todos, de los grandes trabajos de Charlie Kaufmann. No menciono este nombre porque sí, ya ese crítico sensacional llamado Jordi Costa ha visto en esta película un resultado de la posible suma de dos referentes tan distintos y heterodoxos como son Quentin Tarantino y el propio Kaufman.

El otro día mi compañero Juan Luis Caviaro tuvo la audacia de colgar el premiado cortometraje de McDonagh, ‘Six Shooter’ (id, 2005) en el que se ven su gusto por el humor negro y su existencialista concepción de los géneros tradicionales del cine, como en este caso el criminal. El suspiro final de Brendan Gleeson podría ser una epifanía de como empieza este relato.

Y es que alejado de la metaficción más tradicional, las relaciones que propone McDonagh aquí entre creación y ficción son bastante más sugestivas pues no se basan en la posibilidad del creador en intervenir sobre el texto ficticio sino en algo más complicado, en la idea de que el proceso creativo carece de toda brújula y es el deber (de uno de sus personajes así como del felizmente desconcertado espectador) colectivo el de encontrar dicho camino.

Mientras que los personajes femeninos son tan desconcertantes y extraños como los de un Harold Pinter cualquiera (encarnados aquí por unas sorprendentes Olga Kurylenko y Abbie Cornish), la prosa de McDonagh y sus diálogos invitan a pensar en un Mamet absolutamente ebrio de Pirandello que ha decidido escribir su obra de teatro o película definitiva. Da igual: todo el mundo es un escenario, y nosotros, actores, que vienen y van. Lo dijo otro dramaturgo, que algo sabía de esto.

Autor: Pablo Muñoz (Blog de cine)

miércoles, 27 de febrero de 2013

Taquilla USA: De nuevo por la cara



En el fin de semana de los Oscars, los resultados taquilleros de la cartelera estadounidense se ha saldado con números muy normales. Sin bombazos, sin estridencias. Tanto es así, que el film protagonizado por Jason Bateman, ‘Por la cara’ (‘Identity Thief’, Seth Gordon, 2012) ha vuelto al número uno del top sin problema alguno tras tres semanas en cartel.

Dwayne Johnson da vida a un cabreado padre enfrentado a la DEA en ‘El mensajero’ (‘Snich’, 2013), la nueva película como director del que fuera un experto esdpecialista, Ric Roman Waugh. Las críticas han sido aceptables y la respuesta del público votante en la IMDb bastante más satisfactoria.

‘Dark Skies’ se trata de un nuevo producto de terror de los muchos que hay en una línea parfecida a la de ‘Paranormal Activity’ o ‘Insidious’. En el film dirigido por Scott Stewart —responsable de films como ‘Legión’ (‘Legion’, 2009) y ‘El sicario de Dios’ (‘Priest’, 2011)— la guapa Keri Russell da vida a una madre cuyo hijo es abducido por extraterrestres. Críticas pobres y un público votante satisfecho.

Autor: Alberto Abuín (Blog de cine)
Vía: IMDb

Taquilla española | 'Mamá' conserva el primer puesto en una floja semana


Apenas hay cambios en el top 10 de la taquilla española, liderada por tercera semana consecutiva por ‘Mamá’ (Andrés Muschietti, 2013). Los estrenos más destacados del pasado viernes, ‘El atlas de las nubes’ (‘Cloud Atlas’, Andy y Lana Wachowski, Tom Tykwer, 2012) y ‘Si fuera fácil’ (‘This is 40’, Judd Apatow, 2012), se tienen que conformar con la sexta y la séptima plaza, respectivamente.


Con seis millones y medio de euros recaudados, ‘Mamá’ es también el título con el mejor promedio de la semana: 3.267€ por sala. En segunda posición volvemos a encontrar ‘La Jungla: Un buen día para morir’ (‘A Good Day to Die Hard’, John Moore, 2013), que pierde un 39% de recaudación en su segunda semana, y repite en tercera posición ‘El lado bueno de las cosas’ (‘Silver Linings Playbook’, David O. Russell, 2012), que a pesar de llevar cinco semanas en cartelera solo baja sus cifras en un 14% —en parte, por los premios cosechados—.

Ninguna novedad de la cartelera tuvo suerte cautivando al público español. La que ha funcionado mejor es ‘El atlas de las nubes’, una superproducción con reparto espectacular. Sin embargo, imagino que por el tropiezo en la taquilla estadounidense, solo se han distribuido 113 copias y la recaudación se ha quedado en 302.000 euros; su media es de 2.675€ por pantalla, el segundo mejor dato del top 10 tras ‘Mamá’. La decepción de la semana es ‘Si fuera fácil’, la comedia con Paul Rudd y Leslie Mann; consigue un total de 292.000€ con 236 salas y una floja media de 1.238€. Por último, cabe destacar la reaparición de ‘Argo’ (Ben Affleck, 2012) entre las diez películas más taquilleras; la ganadora de 3 Oscar aumentó sus cifras en un 71% durante el pasado fin de semana y acumula ya 4,66 millones de euros.

PD: Los estrenos más llamativos de mañana del viernes son ‘Hansel y Gretel: Cazadores de brujas’ (‘Hansel and Gretel: Witch Hunters’, Tommy Wirkola, 2013), ‘Hermosas criaturas’ (‘Beautiful Creatures’, Richard LaGravenese, 2013) y ‘Érase una vez en Anatolia’ (‘Bir zamanlar Anadolu´da’, Nuri Bilge Ceylan, 2011). ¿Conservará ‘Mamá’ el nº1?

Autor: Juan Luis Caviaro (Blog de cine)
Vía: El Economista

Crítica de " Un plan perfecto (Gambit)"


Michael Hoffman es americano; los Coen, son americanos; Cameron Diaz es americana. Pero esta no parece una película americana. O si, si pensamos que Blake Edwards era americano aunque su actor fetiche, Peter Sellers, era inglés. Como lo es el protagonista de esta hilarante película en la que Colin Firth se postula a heredero directo de Sellers. Un guión perfecto, con diálogos brillantes, giros inesperados, situaciones inverosímiles y unos secundarios que llenan la pantalla, son la base sobre la que se construye esta divertida comedia, tan previsible en algunas cosas, como inesperada en otras. La historia no oculta una ligera venganza contra esos críticos de arte pedantes y supuestamente conocedores, o esos coleccionistas analfabetos que se fían de ellos sin tener la mas mínima cultura. Tampoco evita los tópicos: americanos rudos y sinceros; europeos estirados e hipócritas. El plan sería casi perfecto si no fuera porque hay una pieza fundamental que falla estrepitosamente. La chica, es decir Cameron Diaz, o quizás debamos decir, esa sombra de lo que fue una mujer guapa y fresca convertida en una máscara plastificada que te horroriza cada vez que la cámara se acerca a su rostro. Lástima, por ella en primer lugar, pero también por la película que con una actriz menos falsa ganaría muchos puntos.

Autor: Nuria Vidal (Fotogramas)

'Open Windows' de Nacho Vigalondo, cartel


El juerguista Nacho Vigalondo ha colgado el cartel de su tercer largometraje, ‘Open Windows’, sobre cuyo argumento apenas se sabe nada. Únicamente el hecho de que un joven se obsesiona con una joven actriz a cuya vida tiene acceso a través de su ordenador. Algunos de sus artífices la han definido como una mezcla de los thrillers paranoicos de los 70 con la incursión de las nuevas tecnologías; otros muchos hablan de Brian De Palma, supongo que por su posible parecido con ‘Impacto’ (‘Blow Out’, 1981) y ‘Doble cuerpo’ (‘Body Double’, 1984). Yo me atrevo a ir más lejos y pronunciar un nombre: Hitchcock. Claro que ¿de quién copiaba muchas cosas De Palma? Algo me dice que esta vez la ventana indiscreta será la pantalla de un ordenador, y oye, el atrevimiento tiene su atractivo, ¿para qué negarlo?

Lo que hay que agradecerle a Vigalondo es la reunión de una pareja tan improbable como Elijah Wood y Sasha Grey, quien ha dejado atrás su profesión en el cine pornográfico —verdaderos documentos sexuales que podrían ser auténticas clases magistrales para much@s— y dedicarse a un cine más normal. En su apartado técnico cabe citar a Bernat Vilaplana, habitual montador de las películas de Guillermo del Toro, y reciente ganador de un Goya por su trabajo en la millonaria ‘Lo imposible’ (‘The Impossible’, J.A. Bayona, 2012). Sin duda, y debido a su arriesgada forma de narración, el montaje es algo a cuidar detenidamente.

Porque de su promoción ya se encarga muy inteligentemente el propio Vigalondo, creando expectación en redes sociales como Twitter, algo que no quiere decir absolutamente nada de cara a la taquilla; ahí están los resultados de ‘Los cronocrímenes’ (2007) y ‘Extraterrestre’ (2011) para certificarlo. Mi sensación al respecto de ‘Open Windows’ es exactamente la misma que en los dos trabajos previos del realizador, a priori me resultaron muy interesantes y cuando las vi no paraba de bostezar. En cualquier caso ‘Open Windows’ posee mayor interés; luego ya veremos si el film le abre puertas a Vigalondo en Hollywood, o si allí enseguida se ponen a la obra con un remake, o tranquilamente sufre la que le hicieron con ‘Los cronocrímenes’, cuyo remake —no confeso evidentemente— tantas veces anunciado, en realidad se titula ‘Triangle’, en la que el británico Christopher Smith se adueña de la idea de Vigalondo y la lleva a una mayor dimensión con mejores resultados.

Según el propio Vigalondo, el teaser de ‘Open Windows’ estará disponible en breve. Estad atentos a la pantalla de vuestro ordenador.

Autor: Alberto Abuín (Blog de cine)

martes, 26 de febrero de 2013

El remake de ‘Línea Mortal’ tiene director


En Bloody Disgusting dan hoy la exclusiva del fichaje del danés Niels Arden Oplev ha sido contratado por Columbia Pictures, la filial de Sony, para dirigir el remake de Línea Mortal. El director, que lo petó adaptando la saga Millenium y que este año da el salto a USA con el piloto de la adaptación televisiva de La Cúpula y con el largo Dead Man Down, recibe así continuidad en Hollywood con una pelí, que si sale bien, puede reportarle bastante éxito.

Muchos recordaréis aquella película hipernoventera en la que Kiefer Sutherland, Kevin Bacon, Julia Roberts, William Baldwin y Oliver Platt daban vida a un grupo de jóvenes médicos que investigaban sobre sí mismos y de forma clandestina qué es lo que pasa a un ser humano cuando cruza el umbral de la muerte. Dirigida por Joel Schumacher, entonces en plena forma (Jóvenes Ocultos fue su largo anterior y luego llegaron Un Día de Furia y El Cliente), es uno de los títulos más potentes que recuerdo de aquella época más allá de los pesos pesados de toda la vida.

Ya que lo de los remakes se ha vuelto una especie de obligación en Hollywood, una industria empeñada en reciclar ideas, al menos podemos estar contentos en que el tema mola mucho y que la película original, estando bastante bien, no es una de esas que hacen a uno sentir que su infancia ha sido mancillada.

Autor: Javier Ruiz de Arcuate (lashorasperdidas)
Vía: Bloody Disgusting

'Hansel y Gretel: Cazadores de brujas', la película


Este próximo viernes 1 de marzo al fin llegará a los cines españoles ‘Hansel & Gretel: Cazadores de brujas’ (‘Hansel & Gretel: Witch Hunters’, Tommy Wirkola, 2013), una producción con la que Paramount, su productora, nunca ha tenido demasiado claro lo que quería. Su campaña promocional comenzó a comienzos de diciembre del 2011 y estaba previsto que su primer tráiler apareciera poco después, pero fue entonces cuando la compañía decidió aplazar nueve meses su estreno y postergar de forma indefinida la aparición de ese primer avance.

Hubo todo tipo de rumores con motivo del retraso de su estreno, pero el tiempo pasaba y ‘Hansel & Gretel: Cazadores de brujas’ estaba en un peligroso limbo en el que cuanto más tardásemos en saber de ella, más íbamos a dudar sobre su posible calidad. Paramount retomó la campaña promocional en septiembre del año pasado y todo siguió unos cauces más o menos normales – su estreno se retrasó un par de semanas adicionales- hasta le llegada de su estreno en Estados Unidos el pasado 25 de enero. La crítica no ha tenido piedad con ella – apenas un 14% de críticas positivas en rottentomatoes y una nota media de 2,2 en metacritic- y su recaudación inicial tampoco fue para tirar cohetes, pero a día de hoy lleva recaudados más de 160 millones de dólares a lo largo el mundo, más del tripe que los 50 millones que costó.

El argumento

 

La historia tiene lugar 15 años después de que los hermanos Hansel y Gretel consiguieran escapar de una bruja que secuestraba niños y que cambió sus vidas para siempre e hizo que se aficionaran al sabor de la sangre. Ahora ya son adultos, y se han convertido en unos cazarrecompensas feroces y formidablemente preparados, dedicados exclusivamente a perseguir y exterminar brujas por bosques sombríos, dispuestos a todo con tal de vengarse. Pero a medida que se aproxima la infausta Luna de Sangre y un conocido pueblecito de casas de madera se enfrenta a una pesadilla, Hansel y Gretel se encuentran con un poder diabólico superior a cualquier bruja que hayan cazado, un demonio que podría conocer el secreto del terrorífico pasado de los hermanos.

El director de la película

Tommy Wirkola consiguió llamar la atención de la comunidad cinéfila y de los ejecutivos de Hollywood con ‘Zombis nazis’ (Død snø , 2009), pero este director y guionista noruego nacido en 1979 había rodado ya un cortometraje y otro largometraje con anterioridad. Su primera experiencia tras las cámaras fue ‘Remake’ (2006), una breve obra de apenas 7 minutos de duración que rodó junto a Kit McDee, pero apenas tardó un año en recibir su primera gran oportunidad en solitario con ‘Kill Buljo: The Movie’, una parodia del cine de Quentin Tarantino, más específicamente del díptico Kill Bill.


Dos años pasarían hasta el estreno de ‘Zombis nazis’, momento en el que su nombre pasó a formar parte de varias conversaciones en Hollywood, pero eso no le impidió rodar una nueva película en su Noruega natal: ‘Kurt Josef Wagle and The Legend of the Fjord Witch’ (2010), otra parodia, en este caso del cine de terror en primera persona. Fue entonces cuando le llegó la oportunidad de dar el salto a Estados Unidos y rodar ‘Hansel & Gretel: Cazadores de brujas’, pero no se ha dejado cegar por la opulenta meca del cine y no ha dudado en confirmar que su siguiente trabajo tras las cámaras será la prometida secuela de ‘Zombis nazis’.

El reparto

2012 era el año que debía marcar el ascenso al estrellato de Jeremy Renner por el estreno de la cinta que ahora nos ocupa, ‘Los vengadores’ (‘The Avengers’, Joss Whedon) y ‘El legado de Bourne’ (‘The Bourne Legacy’, Tony Gilroy), contando tras de sí con un prometedor bagaje en el que hubo espacio para dos nominaciones al Oscar por su participación en ‘En tierra hostil’ (‘The Hurt Locker’, Kathryn Bigelow, 2008) y ‘The Town. Ciudad de ladrones’ (Ben Affleck, 2010) y también para aparecer en un notable blockbuster como ‘Misión Imposible: Protocolo fantasma’ (‘MIssion: Impossible – Ghost Protocol’, Brad Bird, 2011). Sin embargo, Renner no consiguió dar ese paso necesario para convertirse en uno de los grandes nombres de Hollywood, ya que quedó totalmente eclipsado en la reunión de superhéroes liderada por Joss Whedon y el público no respondió con demasiado entusiasmo ante su rol como sucesor de Matt Damon al frente de la franquicia basada en los libros de Robert Ludlum.


Gemma Arterton también pasó por una etapa en la que parecía que se iba a comer el mundo cuando participó de forma prácticamente consecutiva en tres grandes producciones como la desastrosa ‘Quantum of Solace’ (Marc Forster, 2008), la – siendo generoso- mediocre ‘Furia de titanes’ (‘Clash of the Titans’, Louis Leterrier, 2010) y la anodina ‘Prince of Persia: Las arenas del tiempo’ (‘Prince of Persia: The Sands of Time’, Mike Newell, 2010), pero desde entonces ha permanecida alejada del mundo de los blockbusters, pero no ha dejado de trabajar desde entonces. ‘Hansel y Gretel: Cazadores de brujas’ debía ser su vuelta por la puerta grande, pero seguro que aún habrá muchas oportunidades en el futuro para ella, ya que nació en 1986.

Otros rostros conocidos que se dejarán ver en la película serán los de Peter Stomare – al que aún podemos ver en la reciente ‘El último desafío’ (‘The Last Stand’, Kim Jee-Won, 2013)- , Famke Janssen – la sufrida esposa de Liam Neeson en las, por ahora, dos entregas de la franquicia ‘Venganza’- y Thomas Mann – uno de los protagonistas de esa tomadura de pelo conocida por el título de ‘Project X’ (Nima Nourizadeh, 2012)- .

Autor: Mikel Zorrilla (Blog de cine)

Crítica de "Si fuera fácil"



Judd Apatow se ha hecho mayor. Bueno, quiere hacerse mayor o cree que tiene que hacerse mayor. Producir La boda de mi mejor amiga y la serie Girls era ya una prueba de que ya no quiere hablar sólo de peterpanes pajilleros. En Lío embarazoso, la madre nodriza de este spin-off, Apatow aún quería estar en el piso de solteros fumando porros, viendo porno y viviendo de una web de tetas. Pero ahora en Si fuera fácil (se entiende mejor el original, This Is 40), se ha sentado en el váter (con su iPad) y se ha puesto a pensar: “Tengo más de 40, esto tiene que cam… Mierda, he perdido otra vez al Apalabrados”. Entonces, Leslie Mann, su mujer, abrió la puerta del baño y le obligó a pensar. Ahí mismo, con los pantalones por los tobillos.

Así debió de ocurrir en la vida real, y tal cual lo ha contado aquí a través de su álter ego, un genial Paul Rudd, del que debería estar celoso por la química que repite con Leslie Mann, más histérica y divertida que nunca. Apatow escribe de lo que sabe. Y sabe de lo que escribe. Está claro que de matrimonio en la cuarentena, hijas adolescentes a las que querrías matar (porque están obsesionadas con Perdidos y no entienden Mad Men), cargar con tus propios padres que también querrías matar y replantearse tus obsesiones y aspiraciones cuando empiezas una nueva etapa vital sabe más que nadie. Al menos de lo suyo. Y lo que no sepa se lo sopla su mujer. O sus hijas, Maude e Iris Apatow, que retoman sus personajes de Lío embarazoso ofreciendo grandes momentos cómicos y dramáticos.

Si fuera fácil es su película más personal. Apatow se ríe de sí mismo, de su entorno y nos muestra sus intimidades más vergonzosas (hasta las hemorroides), como diciendo “también serán las tuyas”. Vuelve a medir al milímetro la dosis de comedia romántica (y familiar) y el humor más bochornoso (los secundarios y cameos son insuperables), pero se le va la mano con el metraje más que nunca. Así es la vida, debe de pensar, así es mi vida y no sé por dónde cortarla. Hay que entenderle. Se hace mayor. 

VEREDICTO: Un nombre: Melissa McCarthy. Sus 10 minutos y su toma falsa final roban la película.

Autor: Irene Crespo (Cinemanía)

Primer vistazo al traje que lucirá Spider-Man en 'The Amazing Spider-Man 2'


Desde ComingSoon se ha publicado la primera imagen de Spider-Man con el nuevo traje que lucirá en la próxima entrega de la franquicia reiniciada por Marc Webb, 'The Amazing Spider-Man 2', cuyo estreno llegará el 2 de mayo de 2014. Tal y como el propio director prometió el pasado mes de noviembre, el traje lucirá unos ojos realmente grandes y una serie de alteraciones en el color y la textura, posiblemente con la intención de acercarse lo máximo posible al diseño de los cómics, especialmente en 'Ultimate Spider-Man'.

En 'The Amazing Spider-Man 2' Peter Parker está muy ocupado entre coger chicos malos como Spider-Man y pasar tiempo la persona que ama, Gwen (Emma Stone), una graduada de escuela secundaria. Peter no se ha olvidado de la promesa que hizo al padre de Gwen para protegerla permaneciendo lejos de ella, pero es una promesa que no puede cumplir. Ahora las cosas van a cambiar para Peter cuando un nuevo villano, Electro (Jamie Foxx), emerga, y un viejo amigo, Harry Osborn (Dane DeHaan), vuelva. Peter descubrirá entonces nuevas pistas sobre su pasado.

Autor: jescri (El Séptimo Arte)
Vía: Coming Soon

lunes, 25 de febrero de 2013

James McAvoy suena para la nueva versión de ‘El Cuervo’


Bloody Disgusting, que sigue bastante de cerca el proyecto para la nueva versión de El Cuervo, el cómic de James O’Barr, informa de que James McAvoy podría dar vida al protagonista que en su día encarnó Brandon Lee.

La noticia tiene forma de scoop, así que no cita fuentes –descontando, claro, las propias y privadas de la web que, por si os sirve de referencia, ya apuntó en su momento que el estudio, Relativity Media, había contactado con Mark Walhberg como primera opción. El acuerdo no tuvo lugar pero el propio actor confirmó el acercamiento.

En cualquier caso, la intervención de McAvoy en el film, que dirigirá F. Javier Gutiérrez (3 Días), dependerá de la duración de su papel en X-Men: Days of the Future Past.

Autor: Rafa Martín (lashorasperdidas)
Vía: Bloody Disgusting

Taquilla americana


Con los Óscar como gran evento del fin de semana los estrenos en Estados Unidos han sido menores y se han colado como han podído en un Top 10 en el que La Jungla: Un Buen Día para Morir se ha desplomado y Por la Cara resurge hasta el nº1.

El primero de los estreno es el de Snitch, que aquí se titulará El Mensajero, y que es el nuevo vehículo para el lucimiento de Dwayne Johnson que, a lo tonto, va a tener su año más prolífico con la sexta entrega de A Todo Gas, la segunda de G.I. Joe y Pain & Gain. En este caso estamos ante una película que sin mucha expectación sobre ella, en la que Johnson da vida a un padre que se enfrenta a la DEA después de que su hijo haya sido apresado en una redada antidroga, y que al menos logra el aprobado de la crítica (53/100 en Metacritic) y una decente recepción del público (7,0 en IMDb).

La otra entrada del Top 10 es la de Dark Skies, película de terror sobre abducciones en la que Keri Russell da vida a una madre cuyo hijo es elegido por los extraterrestres para su abducción (ya sabéis, sonda anal, tocamientos y todas esas cosas que la moral extraterrestre no censura). Críticas tibias que no llegan al cinquillo (48/100 en Metacritic) y un público en modo “pche, no está mal” (6,4 en IMDb).

Autor: Javier Ruiz de Arcuate (lashorasperdidas)
Fuente: IMDb y BoxOfficeMojo

'Blue Valentine': Diseccionando sentimientos


Dos años son los que han tardado las distribuidoras en traernos a las salas de cine una de las mejores películas de 2010. 'Blue Valentine', la ópera prima de Derek Cianfrance, su director. No ha pasado desapercibida en el mundo del cine, ni en su año de estreno ni en los dos siguientes hasta que se ha lanzado aquí en nuestro querido país. De hecho fue en el Festival de Gijón donde tuvo una gran exito y obtuvo el galardón por parte del jurado joven. Su pareja protagonista, Ryan Gosling y Michelle Williams, a parte de que sean dos de los mejores talentos que nos podemos encontrar en el panorama artístico estadounidense, realizan aquí una labor interpretativa descomunal, que más adelante profundizaremos. A modo de primer pellizco decir que ambos estuvieron nominados al globo de oro por sus actuaciones y a la de Michelle habría que sumarle su nominación al Oscar.

Dean Pereira (Gosling) y Cynthia "Cindy" Heller (Williams) son una pareja casada con una preciosa hija. Esa es la premisa que se nos muestra de primeras el trama genialmente organizada por los guionistas Derek Cianfrance, Cami Delavigne y Joey Curtis. Son una pareja con problemas, con problemas de comunicación, de autoestima, de sentimiento... cualquier pequeña rencilla en su relación se convierte en una disparatada lucha por alzarse con el poder que a veces creemos que necesitamos en las parejas. A partir de aquí la película se convierte en un viaje sentimental por dos etapas de las vidas de nuestros dos protagonistas. Desde uno y otro escenario se nos van dando las claves de por qué su matrimonio se está desmoronando cuando en sus comienzos fue todo lo contrario. Donde una canción, un baile o una caricia se sentía como una bocanada de aire fresco. La relación que tenía ella anteriormente y de la que intenta escapar, une a esta curiosa pareja. La noticia de que ella está embarazada cuando la relación ya está casi establecida no ceja el empeño de Dean por estar con Cindy. El problema viene cuando ya llevan unos años con la relación: el está cansado de su situación y ella de él. Los problemas por acercarse el uno al otro son evidentes y la cosa acaba como debe acabar.

Cianfrance disecciona de forma certera y lúcida el bagaje emocional y sentimental en una relación amorosa condenada al ocaso. Cada secuencia de la película respira sentimiento, casi en su totalidad de amargura, ya que el tono casi unánime de la película, debido al maravilloso montaje, es el de tristeza por la separación que se avecina. El director nos muestra una situación extrañamente familiar y cercana. Te ves reflejado en la película, y el que no haya tenido problemas con sus relaciones que tire la primera piedra. El amor se desgasta, o al menos esto nos muestra la cinta, los rencores no tienen cabida en una relación, la mala praxis de los conyugues hacia si mismos y el que se encuentra a su lado no es el camino para una relación duradera. La capacidad del director para plasmar estos sentimientos, es de aplauso, mínimo.

El equipo técnico que acompaña a la película no se queda atrás, con una fotografía estupenda muy del cine independiente (sabiendo que aunque sea así tiene mucho del cine y la calidad técnica de hollywood) y una dosificación del montaje milimétrico para llevar en volandas un ritmo lento que acompaña delicadamente a la historia. Me gustan mucho las escenas de cámara en mano, muy buenos por parte de Cianfrance. Una música espectacular que corre a cargo de el grupo Grizzly Bear de varios de sus discos.

Para ir terminando podemos decir que lo mejor de la película sin duda son las magníficas actuaciones de Gosling y Williams, quienes se meten en la piel de los personajes. Ambos fueron productores ejecutivos, y se nota que ayudaron más allá de sus poderosas actuaciones. Ambos aglutinan en este film los mejores recursos de su carrera. Podríamos decir que la película es como 'El Diario de Noa' pero con la máscara quitada, como si la capa de pastelería palomitera que nos encontramos en la cinta, que también protagoniza Gosling, nos encontrásemos, sin embargo con un discurso veraz de montaje y dirección sencillas, que buscan dejarte un sentimiento parecido al que ellos mismos pueden sentir.

Autor: Ricardo Robles (El Séptimo Arte)

Oscar 2013: Lista completa de ganadores


- MEJOR PELÍCULA:

«Argo»

- MEJOR DIRECTOR:

Ang Lee, por «La vida de Pi».

- MEJOR ACTRIZ PROTAGONISTA:

Jennifer Lawrence, por «El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook)».

- MEJOR ACTOR PROTAGONISTA:

Daniel Day-Lewis, por «Lincoln».

- MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA:

Anne Hathaway, por «Los miserables».

- MEJOR ACTOR SECUNDARIO:

Christoph Waltz, por «Django desencadenado».

- MEJOR GUIÓN ORIGINAL:

Quentin Tarantino, por «Django desencadenado».

- MEJOR GUIÓN ADAPTADO:

Chris Terrio, por «Argo».

- MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN:

«Brave (Indomable)».

- MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA:

«Amor (Austria)», de Michael Haneke.

- MEJOR FOTOGRAFÍA:

Claudio Miranda, por «La vida de Pi».

- MEJOR BANDA SONORA:

Mychael Danna, por «La vida de Pi».

- MEJOR CANCIÓN:

«Skyfall», de «Skyfall», interpretada por la cantante Adele.

- MEJOR MONTAJE:

William Goldenberg, por «Argo».

- MEJOR DISEÑO DE PRODUCCIÓN:

Rick Carter y Jim Erickson, por «Lincoln».

- MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO:

Jacqueline Durran, por «Anna Karenina».

- MEJORES EFECTOS VISUALES:

Bill Westenhofer, Guillaume Rocheron, Erik-Jan De Boer y Donald R. Elliott, por «La vida de Pi».

- MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA:

Lisa Westcott y Julie Dartnell, por «Los miserables».

- MEJOR SONIDO:

Andy Nelson, Mark Paterson y Simon Hayes, por «Los miserables».

- MEJOR MONTAJE DE SONIDO:

Per Hallberg y Karen Baker Landers, por «Skyfall».
Paul N.J. Ottosson, por «La noche más oscura (Zero Dark Thirty)».

- MEJOR PELÍCULA DOCUMENTAL:

«Searching for Sugar Man».

- MEJOR CORTOMETRAJE:

«Curfew».

- MEJOR CORTOMETRAJE DE ANIMACIÓN:

«Paperman».

- MEJOR CORTOMETRAJE DOCUMENTAL:

«Inocente».

Vía: ABA (Reuters)

viernes, 22 de febrero de 2013

'Siete psicópatas': La película


Mi compañero Reporter en su correspondiente crónica el pasado mes de octubre la definió como "la mejor cinta vista este año en Sitges”; más sencillamente como “LA película”. Desde el mismo lugar y por las mismas fechas un servidor tecleo desde su móvil que "a falta de la revisión final de todo lo visto en frío y ya en Madrid, la mejor y más completa película occidental que he tenido el gusto de ver, y es posible que la mejor a secas. Aun no la he podido digerir del todo, un festival no deja mucho margen de maniobra, y no tengo muy claro que decir de ella, si acaso que su guionista y director, Martin McDonagh, se confirma como un valor al alza muy a tener en cuenta. Mezcla de comedia, drama y thriller, un filme inteligente bien planteado y concretado en donde mejor no destacar nada ante el riesgo de menospreciar algo. Lo dicho, una joya".

Pues bien, ya he tenido la oportunidad de darle esa merecida (y ansiada) revisión en frío con la que despejar posibles dudas, aclarar ideas y contrastar emociones que sitúen en su justa medida a la que es por derecho propio una de las mejores y más completas películas de 2012 para quien estas líneas suscribe, ahora sin titubeos, miedos o respetos, tanto que la ausencia prácticamente total de menciones hacia ella durante la temporada de premios me parece lo suficiente indignante como para alcanzar a título personal la categoría de cabreo, más todavía al comprobar que, sin acritud, Ben Affleck está nadando entre galardones de igual manera que el Tío Gilito entre su dinero por un filme tan simplemente correcto y de recorrido tan corto como es 'Argo', consideración por cierto igualmente corroborada en un segundo y reciente visionado que, igualmente sin acritud, no ha mejorado en nada al primero. Ya se sabe, hay quien cae y hay quien no cae, hay quien sabe venderse y hay quien no sabe venderse. Hay quien es accesible y hay quien no lo es tanto. Y la industria y lo que no es la industria está llena de auténticos psicópatas. Como siempre demagogia al poder: O eso o el mundo se ha vuelto loco, loco y aún más loco…

Hablar en términos tan absolutos como "la mejor" de todas formas es tan relativo, aleatorio, caprichoso e irrelevante que es muy peligroso tomárselo en serio, como lo es también tomarse en serio 'Siete psicópatas'. Y estúpido por supuesto, como lo es valorar a base de comparaciones y no de méritos propios, y que puede hacer que cualquier cosa sea mejor o peor a discreción del momento y de quien lo suscriba, de ejemplo esa 'La Jungla 4.0' a la que para algunos parece que la quinta ha hecho tan buena como ya lo venía siendo. Precisamente, y de ahí toda esta parafernalia gratuita, una de las mejores cualidades de la nada gratuita 'Siete psicópatas' es su sobraba personalidad a prueba de comparaciones, porque este excelente ejercicio de estilo y retorcido espectáculo de cine sobre cine resulta complicado encontrarle a quien le mire a la cara, salvo si no es ella misma. Siempre habrá referencias y parecidos, asociaciones más o menos caprichosas y en ocasiones muy personales, pero de lo que no hay duda es que guste más o menos 'Siete psicópatas' es lo que viene siendo un filme original, reconocible, particular... y si, personal, una especie de ensayo metalingüistico entre creador, espectador y narrativa que se hace querer gracias a su arrolladora capacidad para burlarse, en primer lugar, de sí misma.

La cualidad que mejor define a esta caricatura llamada 'Siete psicópatas' es que se trata de un filme sumamente interesante por encima de cualquier otra característica; o tíldese de "curioso", si se prefiere. Y más allá de un visionado fácil y muy distendido (que es en donde se queda 'Argo') ofrece además un plus, ese doble juego metanarrativo que tanto peso adquiere en una segunda mitad que se permite la libertad de ser completamente libre, y por supuesto, algo más que una "simple" película sobre tíos con armas. La vida de un guionista cuyo guión interfiere en su vida de la misma manera que su vida interfiere en su guión, para entendernos, es un constante feedback burlesco en el que el uno depende y alimenta al otro con desparpajo y alevosía, permitiendo incluso a sus personajes dar forma al argumento a través de sus antojos y caprichos. Toda una brillante reflexión sobre el arte de construir una historia tan respetuosa como ácida, tan lúcida como perspicaz, toda ella empaquetada bajo la apariencia de un violento thriller digno de los 90 post-Tarantino en donde, y a diferencia del propio Tarantino post-Tarantino, se recupera la esencia y la supremacía del concepto sobre la imagen, el sonido o las balas, de la pureza de las palabras sobre una forma nada gratuita, artificiosa o excesiva.

Tras la sensacional 'Escondidos en Brujas', una de las grandes sorpresas de los últimos años, y lejos de conformarse con repetir un mismo patrón acomodado el dramaturgo Martin McDonagh, quien se ha confesado como un director sin ánimo de lucro (y que le dure), ofrece un segundo trabajo ciertamente inclasificable y al que cuesta definir de forma breve y sencilla que destaca, sobremanera y tal vez no por casualidad -dada su formación-, por su estupendo guión y una no menos excelente dirección de actores "masculinos" -uno de tantos guiños entre creador y creación- y entre los que destaca, aún corriendo el riesgo de dar la sensación de menospreciar algo... como no sé, a Abbie Cornish y Olga Kurylenko- un Sam Rockwell que se adueña de buena parte del alma del filme. Un filme que aún cayendo de nuevo en la comparación con 'Argo'... ofrece ese valor añadido que tanto reclamaba el joven cineasta de 'Super 8' que hace de ella, además de un buen filme como lo es el de Ben Affleck, un filme también interesante y especial, y que sobrevive en nuestro recuerdo tanto por sus méritos como por la simpatía de una propuesta que escapa a lo habitual. En resumen, 'Siete psicópatas' no es una película cualquiera... es LA película, o una de ellas, al menos.

Autor: Juan Pairet Iglesias (El Séptimo Arte)

'El atlas de las nubes': El efecto mariposa


He de admitir que de inicio le tenía mucho respeto a esta película, especialmente debido a una siempre temible duración de cerca de tres horas que unidas a un argumento pretencioso y repleto de líneas temporales, personajes e historias entrecruzadas de claras connotaciones metafísicas puede suponer algo bastante peliagudo para la voluntad de cualquier mortal. Puede serlo… o puede no serlo. Todos tenemos nuestros días. También he de admitir que a la salida del cine no sabía muy bien que pensar sobre lo que acaba de ver si bien tenía clara una cosa: que fuera lo que fuera me había gustado, puro instinto, y lo bastante además como para intuir que esa sensación iba a crecer y a crecer con el paso de los minutos, las horas y los días. Y así ha sido. Porque 'El atlas de las nubes' es un filme que conviene reposar, un filme al que se aconseja dejarle tomar forma en nuestra cabeza y en nuestro corazón... el tiempo que haga falta. Esto sin embargo no significa necesariamente ni que vaya a sentarle bien o que sea para bien, no. Porque a mí me ha entusiasmado, sí, pero de tal manera que entiendo que haya a quien la pueda detestar en igual medida... de ahí en parte su grandeza.

Muchos fueron los pensamientos que de toda raza, género, creencia o condición cruzaron por mi cabeza durante el visionado de esta OBRA. No voy a entrar en los detalles porque sería aún más aburrido por más que "todo esté conectado", aunque sea en cierta forma y a la manera de cada cual. Algo así como el efecto mariposa, para entendernos. Lo importante no son tanto las tonterías que se puedan pensar como el simple hecho de pensar, y es que incluso aún durante su primera y más morosa hora, lo que tarda su narrativa en empezar a arrollar -que no apabullar- y sus piezas a encajar, uno se encuentra absorto ante el canto de esta lúcida, preciosista y elegante mirada "sustancial" que al igual que la trilogía de Matrix pretende sumirse de lleno en la reflexión como si de un nuevo credo se tratase. La diferencia fundamental, quien sabe si gracias a la presencia de Tom Tykwer entre los hermanos Wachowski, es que en esta ocasión el artificio está puesto al servicio de la narrativa ofreciendo un filme mucho más equilibrado, compacto, sentido y convincente a nivel espiritual y argumental -cortesía del original de David Mitchell-, mucho más solvente al margen de su por otro lado excelente acabado visual y sonoro, no más que un personaje secundario que aporta la credibilidad necesaria al esfuerzo de su atareado elenco principal por sobrevivir bajo según qué éxcentricos maquillajes (su punto más "cuestionable").

Pero si hay algo que define ante todo a ‘El atlas de las nubes’ es que se trata más que de un filme de una obra, en una palabra, fascinante... sí, lo han leído bien, fascinante, tal y como la describe Josep Parera para el Imágenes de Actualidad, mención me veo obligada ante el riesgo de ser acusado de plagio o similar. Ahora bien, el hecho de que un filme pueda alcanzar la más que honrosa categoría de poder ser descrito como fascinante, algo que muy pocas veces ocurre al año, no quiere decir que sea por ello necesariamente ni una producción magistral ni un filme horrendo... sin dejar de poder ser ambas cosas incluso a la vez, de ahí que aunque un servidor se decante por la primera ni rechace ni deje de comprender la evidente posibilidad de que otros opten por la segunda; es más, y a la manera de su hoy rival en la cartelera española, 'Siete psicópatas', un filme fascinante suele estar marcado por su propia imperfección, sello indiscutible con el que ratificar su identidad. Parera, en el mismo artículo para la citada revista, pone de ejemplo 'El árbol de la vida', pero un servidor se va a ir más lejos en busca de una mayor cercanía espiritual y una mayor apuesta personal, 'Blade Runner'. Un filme -me la juego- al que el tiempo pondrá en su sitio como lo hizo con el filme de Ridley Scott, una obra incomprendida en su momento y a todas luces imperfecta que el tiempo ha convertido en una OBRA fascinante... aburrida, pero fascinante.

Un filme adelantado a su época lo llaman algunos, otros dirían que un 'Golpe en la pequeña China'. 'El atlas de las nubes' es un filme magnético, que para bien o para mal nos sumerge en su propuesta con el fin de reaccionar exaltadamente a favor o en contra salvo que se sea de sueño fácil. Uno de esos filmes a los que intentar encajar dentro de los convencionalismos del buena/mala resulta inútil, vacuo e impreciso. "Es complicado", podríamos decir. Porque para nada es un filme convencional aunque buena parte de sus elementos lo puedan ser; la clave está en la suma de sus partes, en el voluntarioso trabajo de su reparto y en la excepcional banda sonora que los acompaña; en un siempre complicado equilibrio que abarca todo tipo de registros, ingredientes y emociones como si tal cosa, y en donde sus líneas argumentales, a través de un soberbio montaje, se intercalan constantemente de tal manera que casi casi se podría decir que inhalan y exhalan a la vez, compartiendo un mismo corazón en lo que es un complicado y arriesgadísimo tour de force a la manera de la excepcional 'Magnolia', a la que se le añade un contexto sci-fi y seis líneas temporales distintas con las que jugar que, agitadas con el mismo ritmo, agilidad y maña, y al igual que ocurre con las tres horas de Paul T. Anderson se insinúe que las manecillas del reloj son las que nos quieren engañar.

La apuesta que supone un proyecto tan ambicioso como 'El atlas de las nubes', con unas intenciones en busca de un resultado de tan altas expectativas, es a la vez su principal argumento tanto a favor como en contra, y en gran medida la fuente de todo su fundamento: un filme que siempre podrá ser visto tanto como la sombra de su ambición como la proyección de esta misma ambición la cual, además, no le deja como alternativa posible ser una más, tan sólo el fracaso o la victoria. En cualquier caso estamos ante un filme de visionado imprescindible. Un filme que es todo y nada a la vez. Un filme que lejos de ser un filme es una obra... maestra o no el tiempo lo dirá, si bien ya es cierto que el simple hecho de que admita a trámite la posibilidad es todo un honor al alcance de muy pocos. 'El atlas de las nubes' partía con esa expectativa, con esa ambición, y muy posiblemente se le puedan echar en cara una serie de cosas que sean irremediablemente ciertas. Pero también es posible, sólo una posibilidad, que entonces hablásemos de una gran película, sólo una gran película. 'El atlas de las nubes' no lo es... de ahí que sea, en una palabra, tan fascinante. Y puede que no lo vean, pero mientras le pongo el punto final a este texto mientras escucho por enésima su banda sonora en apenas tres días me he llegado a emocionar, casi tanto como al final de una de las películas del pasado o de este año, para el caso.

Autor: Juan Pairet Iglesias (El Séptimo Arte)

Crítica de "Blue Valentine"


“Debes tener cuidado con que la persona de la que te enamores te merezca”, le dice a Cindy (Michelle Williams) su octogenaria abuela. En torno a esa decisión –si es que el acto de amar lo es– gira Blue Valentine, segundo filme de Derek Cianfrance que llega a España con dos años de retraso.

¿Era Godard el que dijo que una historia debe tener principio, nudo y desenlace pero no necesariamente por ese orden? Entonces Blue Valentine es tan godardiana como un Leopoldo Bloom paseando pensativo por las calles de Dublín. Derek Cianfrance toma nota del maestro e intercala en su segundo filme el presente y el pasado de un amor en vías muertas como una declaración de intenciones: no hay acto sin consecuencia. Hay quien ha tildado de tramposo este montaje sin pensar que está al servicio de los personajes de la cinta, cuya construcción –junto con las entregadas interpretaciones de Michelle Williams y Ryan Gosling– es la verdadera razón de ser de Blue Valentine.

Cindy –un personaje que recuerda al de Rachel Weisz en The Deep Blue Sea– es una mujer ambiciosa y frustrada que, incapaz de aceptar su parte de culpa en el hundimiento de su matrimonio, vuelca toda su insatisfacción en su marido. Dean, un hombre enamorado y satisfecho del papel de esposo y padre que la vida –sorprendentemente– le tenía reservado, no acierta a entender por qué su mujer lo rechaza constantemente, por qué es tan infeliz, y sobre todo, por qué contribuye a que su amor se hunda definitivamente en esa espantosa habitación de hotel que tiene más de símbolo roto que de futuro. El espectador, sin embargo, podrá contestar a esos porqués si atiende a las escenas del pasado –preciosa cita con ukelele– en las que queda claro quién se enamora a primera vista y está capacitado para sortear los obstáculos de crecer con otra persona al lado y quién, por el contrario, no lo hace. Hay que enamorarse –si es que eso se elige– de los hombres buenos, podría decir la abuela de Cindy. Pero ni eso, al parecer, garantiza un amor duradero. 

Autor: Andre G. Bermejo (Cinemanía)

Estrenos de cine | 22 de febrero | Vuelven los Wachowski, Tykwer, Apatow y por fin llega 'Blue Valentine'






Hasta seis novedades llegan hoy a la cartelera española, algunas con bastante retraso, buscando atraer a públicos de muy diversa índole. El estreno más destacado es ‘El atlas de las nubes’ (‘Cloud Atlas’, Tom Tykwer, Andy Wachowski y Lana Wachowski, 2012), una superproducción basada en el best seller de David Mitchell, pero también podremos ver la nueva comedia de Judd Apatow, un documental nominado al Oscar o un drama (anti)romántico protagonizado por Ryan Gosling y Michelle Williams.

‘El atlas de las nubes’

Título original: ‘Cloud Atlas’. Dirección: Tom Tykwer, Andy Wachowski y Lana Wachowski. País: USA. Año: 2012. Duración: 172 min. Género: Ciencia-ficción. Interpretación: Tom Hanks (Dr. Henry Goose / Manager del hotel / Issac Sachs / Dermot Hoggins / actor / Zachry), Halle Berry (mujer nativa / Jocasta Ayrs / Luisa Rey / invitada a la fiesta hindú / Ovid / Meronym), Jim Broadbent (capitán Molyneux / Vyvyan Ayrs / Timothy Cavendish / músico coreano), Hugo Weaving (Haskell Moore / Tadeusz Kesselring / Bill Smoke / Noakes / Boardman Mephi / viejo Georgie), Jim Sturgess (Adam Ewing / huésped del hotel / padre de Megan / Highlander / Hae-Joo Chang / cuñado de Adam/Zachry), Doona Bae (Tilda / madre de Megan / mujer mexicana / Sonmi-451 / Sonmi-351 / prostituta), Ben Whishaw (grumete / Robert Frobisher / dependiente / Georgette / miembro de la tribu), James D’Arcy (joven Rufus Sixsmith / viejo Rufus Sixsmith / enfermero James / archivista), Susan Sarandon (madame Horrox / Ursula Mayor / Yusouf Suleiman / abadesa), Hugh Grant (reverendo Giles Horrox / pesado del hotel / Lloyd Hooks / Denholme Cavendih / Seer Rhee / jefe Kona). Guion: Tom Tykwer, Andy Wachowski y Lana Wachowski; basado en la novela de David Mitchell. Producción: Stefan Arndt y Grant Hill. Música: Tom Tykwer, Johnny Klimek y Reinhold Heil. Fotografía: John Toll y Frank Griebe. Montaje: Alexander Berner. Dirección artística: Uli Hanisch y Hugh Bateup. Vestuario: Kym Barrett y Pierre-Yves Gayraud. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Estreno en USA: 26 Octubre 2012. Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años.

Sinopsis: La película explora cómo las acciones y consecuencias de las vidas individuales tienen repercusiones entre sí a través del pasado, el presente y el futuro. Acción, misterio y romance se entretejen dramáticamente a través de la historia mientras un alma pasa de ser un asesino a un héroe, y un simple acto de piedad se propaga a través de los siglos para inspirar una revolución en el futuro lejano. Cada miembro del reparto aparece en múltiples papeles a medida que la historia se desarrolla a lo largo del tiempo.

‘Blue Valentine’

 

Dirección: Derek Cianfrance. País: USA. Año: 2010. Duración: 114 min. Género: Drama, romance. Interpretación: Ryan Gosling (Dean), Michelle Williams (Cindy), Faith Wladyka (Frankie), John Doman (Jerry), Mike Vogel (Bobby), Marshall Johnson (Marshall), Jen Jones (abuela), Maryann Plunkett (Glenda), James Benatti (Jamie), Barbara Troy (Jo). Guion: Derek Cianfrance, Joey Curtis y Cami Delavigne. Producción: Jamie Patricof, Lynette Howell y Alex Orlovsky. Música: Grizzly Bear. Fotografía: Andrij Parekh. Montaje: Jim Helton y Ron Patane. Diseño de producción: Inbal Weinberg. Vestuario: Erin Benach. Distribuidora: Karma Films. Estreno en USA: 29 Diciembre 2010. Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años.

Sinopsis: Dean y Cindy llevan seis años de apasionada historia de amor. Han tenido una hija juntos y han decidido casarse. Pero su amor empieza a desmoronarse. Cindy ha perdido interés por la relación y en un intento por juntar las piezas y reconstruir lo que habían construido juntos, Dean propone ir a pasar la noche a un hotel temático, donde eligen la “Habitación del futuro”. Desde este futuro, que Dean y Cindy difícilmente podían haber intuido años atrás, conoceremos la historia de esta pareja, desde sus comienzos hasta el momento en que su amor se va deteriorando irremediablemente.

¿Qué podéis esperar? Una de las películas más crudas y desoladoras sobre el amor. Que puede ser fácil y dulce, pero también complicado y desagradable. Pues de eso va este film. A pesar de lo que intenta vender el póster español, es una historia muy triste.

‘La extraña vida de Timothy Green’


Título original: ‘The Odd Life of Timothy Green’. Dirección: Peter Hedges. País: USA. Año: 2012. Duración: 105 min. Género: Comedia dramática, fantástico. Interpretación: Jennifer Garner (Cindy Green), Joel Edgerton (Jim Green), CJ Adams (Timothy Green), Ron Livingston (Franklin), Rosemarie DeWitt (Brenda), Common (entrenador Cal), Dianne Wiest (Sra. Bernice), David Morse (James), Shohreh Aghdashloo (Evette), Odeya Rush (Joni), M. Emmet Walsh (tío Bub). Guion: Peter Hedges; basado en un argumento de Ahmet Zappa. Producción: Scott Sanders, James Whitaker y Ahmet Zappa. Fotografía: John Toll. Montaje: Andrew Mondshein. Diseño de producción: Wynn Thomas. Vestuario: Susie DeSanto. Distribuidora: The Walt Disney Company Spain. Estreno en USA: 15 Agosto 2012. Calificación por edades: Apta para todos los públicos.

Sinopsis: Es la historia mágica e inspiradora de una pareja felizmente casada, Cindy y Jim Green (Jennifer Garner y Joel Edgerton), que no ve la hora de formar una familia y vive soñando cómo sería su hijo. Cuando, súbitamente, el joven Timothy (Cameron Adams) aparece en la puerta de su casa durante una noche de tormenta, Cindy, Jim y el pequeño pueblo de Stanleyville descubren que a veces lo inesperado puede brindar alguno de los mejores regalos de la vida.

¿Qué podemos esperar? Por el argumento parece una chorrada sentimentaloide destinada a enganchar con sonrisas y lágrimas a “toda la familia”. Me atrae por el reparto y el elemento fantástico pero con tanta oferta interesante que se está acumulando creo que la dejaré para cuando salga en formato doméstico. Ya me contaréis.

‘Searching for Sugar Man’


Dirección y guion: Malik Bendjelloul. Países: Suecia y Reino Unido. Año: 2012. Duración: 86 min. Género: Documental, musical. Producción: Simon Chinn y Malik Bendjelloul. Música: Rodriguez. Fotografía: Camilla Skagerström. Montaje: Malik Bendjelloul. Distribuidora: Avalon. Estreno en Suecia: 24 Agosto 2012.

Sinopsis: En los años 60, un músico llamado Rodriguez fue descubierto en un bar de Detroit por dos productores que se enamoraron de sus melodías y sus letras conmovedoras. Grabaron un álbum que ellos creían que iba a situar al artista como uno de los grandes de su generación. Sin embargo, el éxito nunca llegó. De hecho, el cantante desapareció en medio de rumores sobre un posible suicidio. Mientras la figura del artista se perdía en el olvido, una grabación pirata encontrada en la Sudáfrica del Apartheid se fue convirtiendo en un fenómeno. Dos fans sudafricanos se empeñan ahora en averiguar qué pasó realmente con su ídolo.

¿Qué podemos esperar? Uno de los cinco mejores documentales de 2012, a tenor de las críticas y los premios. Suena como favorito para la próxima edición de los Oscar (¡este próximo domingo!)

‘Siete psicópatas’

 

Título original: ‘Seven Psychopaths’. Dirección y guion: Martin McDonagh. País: Reino Unido. Año: 2012. Duración: 110 min. Género: Comedia negra. Interpretación: Colin Farrell (Marty), Sam Rockwell (Billy), Christopher Walken (Hans), Woody Harrelson (Charlie), Abbie Cornish (Kaya), Tom Waits (Zachariah), Olga Kurylenko (Angela). Producción: Graham Broadbent, Peter Czernin y Martin McDonagh. Música: Carter Burwell. Fotografía: Ben Davis. Montaje: Lisa Gunning. Diseño de producción: David Wasco. Vestuario: Karen Patch. Distribuidora: Vértigo Films. Estreno en Reino Unido: 5 Diciembre 2012. Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años.

Sinopsis: Marty (Colin Farrell), un escritor que no llega a fin de mes, sueña con terminar su obra de teatro, Siete Psicópatas. Billy (Sam Rockwell) es el mejor amigo de Marty, un actor sin empleo y ladrón de perros a tiempo parcial, que quiere ayudar a Marty por cualquier medio. Hans (Christopher Walken) es el socio de Billy, un hombre religioso con un pasado violento. Charlie (Woody Harrelson) es el gánster psicópata cuyo amado perro acaban de robar Billy y Hans. Charlie es imprevisible, extremadamente violento y no lo pensaría dos veces antes de matar a cualquiera relacionado con el robo. Marty va a conseguir toda la inspiración que necesita, pero ¿sobrevivirá lo suficiente?

¿Qué podemos esperar? Con esa trama y viniendo del responsable de ‘Escondidos en Brujas’ (‘In Bruges’, 2008), seguro que nos encontramos un divertido relato criminal. ¡Y ojo al reparto! Un título imprescindible.

‘Si fuera fácil’


Título original: ‘This Is 40’. Dirección y guion: Judd Apatow. País: USA. Año: 2012. Duración: 134 min. Género: Comedia. Interpretación: Paul Rudd (Pete), Leslie Mann (Debbie), Megan Fox (Desi), Albert Brooks (Larry), Jason Segel (Jason), John Lithgow (Oliver), Iris Apatow (Charlotte), Maude Apatow (Sadie), Melissa McCarthy (Catherine), Chris O’Dowd (Ronnie), Robert Smigel (Barry), Annie Mumolo (Barb). Producción: Judd Apatow, Barry Mendel y Clayton Townsend. Música: Jon Brion. Fotografía: Phedon Papamichael. Montaje: Brent White. Diseño de producción: Jefferson Sage. Vestuario: Leesa Evans. Distribuidora: Universal Pictures International Spain. Estreno en USA: 21 Diciembre 2012. Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años.

Sinopsis: Después de varios años de matrimonio, Pete (Paul Rudd) está rodeado de mujeres: su esposa Debbie (Leslie Mann) y sus dos hijas, Charlotte, de ocho años, y Sadie, de trece años. Mientras lucha para que no se hunda su discográfica, deberá aprender con Debbie a perdonar, olvidar y disfrutar del resto de sus vidas… antes de que se maten entre ellos.

Autor: Juan Luis Caviaro (Blog de cine)






 


 


jueves, 21 de febrero de 2013

Crítica de "La Jungla: Un buen día para morir"


ohn McClane, el popular héroe al que da vida Bruce Willis, ha regresado a los cines una vez más. Lo que debería ser una fiesta para los aficionados al cine de acción —y a la saga iniciada con ‘Jungla de cristal’ (‘Die Hard’, John McTiernan, 1988)— es en realidad uno de los espectáculos comerciales más aburridos y bochornosos que ha fabricado Hollywood en los últimos años. De momento, y con diferencia, la peor película estrenada en 2013.

Debo admitir que he vuelto a pecar de ingenuo con este producto. No puedo evitarlo, adoro ir al cine y ver un gran estreno, y si Hollywood me lo vende medio bien, caigo alegremente en la trama. Tampoco me malinterpretéis, no he salido enfadado de ‘La Jungla: Un buen día para morir’ (‘A Good Day to Die Hard’, John Moore, 2013), no me contéis entre los ultrajados fans de esta franquicia, solo me entusiasma la ejemplar primera entrega y desde ‘La Jungla 4.0’ (‘Live Free or Die Hard’, Len Wiseman, 2007) las aventuras de McClane dejaron de tener especial interés. Pero me apetecía ver la quinta, como me apetece un día ver un partido de fútbol; por desconectar y pasar el rato con algo sencillo. Así que cuando a pocos días del estreno empezaron a surgir las primeras críticas destructivas de esta quinta entrega, reaccioné como suele hacer el público de los blockbusters: me da igual lo que digan, yo voy al cine a comer palomitas y divertirme.


Y no empieza nada mal. Arranca con una vibrante secuencia ambientada en la noche de Moscú y muestra lo que parece ser un ajuste de cuentas entre criminales. A partir de ahí, ‘La Jungla: Un buen día para morir’ cae en picado. Aparece por primera vez McClane realizando pruebas de tiro, llega un compañero (Amaury Nolasco) y le pasa un informe sobre Jack McClane (Jai Courtney), su hijo, que ha sido detenido en Rusia acusado de asesinato (lo que se vio antes). La conversación entre ambos es horrorosa. “Sé que el asunto pinta mal, pero es mi hijo, al que no veo desde hace no sé, años, y nos llevamos mal, pero le quiero, y debo librarlo de la justicia y traerlo de vuelta a casa, porque eso es lo que hacen los padres, sobre todo los buenos americanos con pistolas, de este país libre, amén”. Pero acaba de empezar la película, paciencia…

McClane se despide de su hija (Mary Elizabeth Winstead) en una innecesaria y tonta escena en el interior de un coche; llega a Rusia y dentro de otro coche mantiene otra charla insípida y tonta con un taxista que perdona la cuenta a cambio de oírle cantar. Pacieeeeencia… Enciende la pantalla una potente explosión durante el juicio a McClane Jr. y Komarov (Sebastian Koch), un misterioso e importante personaje barbudo aficionado al ajedrez —doble tópico de Hollywood para aclarar que el tío tiene algo que ocultar y es muy listo—, y a eso le sigue un intenso tiroteo en las calles, mientras el héroe trata de entender lo que ha ocurrido y encontrar a su hijo. Que resulta que es un agente secreto del gobierno estadounidense (“el 007 de Plainfield, Nueva Jersey”) y tiene la misión de llevarse a Komarov. Pero como se para un minuto a discutir y apuntar con una pistola a su padre, la agencia lo deja tirado mientras un grupo de malvados asesinos rusos genéricos intentan pillarlo.

Así arranca la primera set piece, una larguísima, absurda, y mareante persecución por las calles de Moscú, donde al parecer los coches tienen un mecanismo especial que los hace saltar por los aires al mínimo contacto, incorporan almohadas en la parte delantera por si se atropella a alguien que se ha parado en medio de la carretera, y si los conduce un héroe norteamericano resulta que van el doble de rápido y son extremadamente resistentes, además de llevar un GPS invisible que señala los mejores atajos para encontrar a los malos, que a causa de su falta de moralidad conducen bastante mal. Es un disparate orquestado con tremenda torpeza por Moore —alguien debería explicarle el salto de eje— que Skip Woods, el infame guionista, remata insertando numerosos comentarios supuestamente graciosos. McClane bromeando consigo mismo, el malo regañando a sus esbirros, McClane Jr. lamentando encontrarse con su padre…

Llegados a este punto, queda poca esperanza. Que es aniquilada en la primera charla que mantienen los McClane y Komarov tras esquivar a los malos. Y te das cuenta que cada vez que los personajes abran la boca van a soltar un topicazo, un chascarrillo o un diálogo de vergüenza ajena. McClane no deja de hacer chistes sobre dos temas: VACACIONES y PATERNIDAD. Hasta el agotamiento. El hijo está de bajón constante, que la misión ha terminado y que no abraza a su padre, el malo-tonto (Radivoje Bukvic) confesando que le habría encantado ser bailarín… Es increíble el nefasto trabajo de Woods con los diálogos y que alguien como Willis lo haya aceptado, cegado por la necesidad de lanzar una nueva entrega de ‘Die Hard’, sin darse cuenta que así es como se arruinan las franquicias. Cuando una entrega es tan ridícula y desastrosa que se convierte en una fuente inagotable de burlas y parodias. A Joel Schumacher le pitan los oídos desde 1997.

La trama es de lo más simplona pero en este aspecto no se le puede pedir mucho más a una película de estas características, solo debe ser una excusa para que McClane y (a partir de la tercera entrega) su compañero de fatigas corran, salten y maten malos. Incluso diría que Skip Woods cumple con el giro sorpresa y otros guiños a la saga (como la mentira sobre el tráfico durante el fingido reencuentro, aunque sea algo tan vago los fans lo agradecerán). Aparte de los diálogos, lo más grave del guion son los personajes, vacíos y estúpidos. Pero toda la culpa no es de Woods, Willis encarna al McClane más apático y menos ingenioso de las cinco entregas —y no es por la edad, en ‘RED’ (Robert Schwentke, 2010) estaba más implicado—, Courtney es un personaje plano que no aporta nada excepto músculo —lo hacía mejor en ‘Jack Reacher’ (Christopher McQuarrie, 2012)—, la atractiva Yuliya Snigir fracasa con su femme fatale de pacotilla que no sabe que en la ciudad donde vive siempre hay atascos…

Todo esto podría llegar a disculparse si las secuencias de acción resultaran efectivas, pero no lo son. Son mecánicas y tediosas, rematadas con algún plano retocado digitalmente para que los McClane actúen como superhombres inmortales. John Moore no debe haber tenido mucho margen de maniobra a la hora de rodar pero tampoco es un profesional especialmente hábil, tritura demasiado las escenas de persecución y de tiros, quedando un caótico montón de planos que solo consiguen aturdir al espectador. Es un montón de ruido, grito y fuego que dejan Moscú y Chernóbil —ojo al comentario sobre la radioactividad— como si hubieran llovido meteoritos. Solo las explosiones son tan espectaculares como cabría esperar. Eso, el prólogo y que solo dura 97 minutos, poco más que rescatar de ‘La Jungla: Un buen día para morir’. Por tanto, y para terminar, un consejo de amigo: si tenéis que verla, por curiosidad o fidelidad a la saga, esperad a verla en casa, os dolerá menos.

Autor: Juan Luis Caviaro (Blog de cine)