El film se desarrolla en la corte danesa de 1766. Allí llega la joven princesa Caroline Mathilde de Gran Bretaña para casarse con su primo, el rey Christian VII un hombre que tiene problemas mentales. La reina llevará una vida desgraciada ya que su marido no quería saber nada de ella. Todo comenzará a cambiar cuando aparezca en escena Johann Friedrich Struensee, el médico del rey, un hombre cercano a la Ilustración que acaba teniendo una gran influencia en el monarca, y con el que la joven reina iniciará una relación. La presencia de Struensee incomodará muchísimo a la principal enemiga del monarca, su madrastra, la reina viuda Juliane Marie.
A todos los niveles Un Asunto Real está más cerca de Las Amistades Peligrosas de Stephen Frears que de los “grandes relatos” encubiertos que se han estrenado en los últimos años. La realización de Nikolaj Arcel, guionista de la primera entrega de la Millennium sueca, es de lo más elegante, y el guión firmado por Arcel y Rasmus Heisterberg, y al que Lars Von Trier le metió mano, te hace una radiografía de la época. Es una producción que ha costado 46 millones de coronas danesas, al cambio unos 6 millones de Euros, cuatro veces menos de lo que costó esto, y tiene muchísimo empaque, de hecho a nivel de diseño de producción, vestuario o fotografía no tiene nada que envidiarle a los títulos que optaron al Oscar en estas categoría.
A nivel interpretativo también es espléndida. El trío protagonista está encarnado por Mads Mikkelsen, Alicia Vikander y Mikkel Boe Folsgaard. A Mikkelsen no vamos a descubrirle ahora, es un intérprete que tiene una presencia escénica apabullante, incluso durmiendo demuestra tener más talento que las estrellonas de turno con las que ha trabajado. En Un Asunto Real utiliza sus recursos para ganarse al espectador de la misma manera que se gana a los monarcas. Alicia Vikander se ha convertido en la última estrella procedente del cine nórdico, ha participado en la última versión de Anna Karenina e interviene en The Fifth Estate de Bill Condon, la actriz está fantástica interpretando a la reina. Pero la verdadera sorpresa del film es Mikkel Boe Folsgaard, que impresiona en su papel de Christian VII, no sabemos si estamos ante un hombre que está loco o ante un niño encerrado en el cuerpo de un adulto y llega a un punto en el que llegamos a sentir lástima por un ser tan despreciable como él. El intérprete fue premiado con el Oso de Plata en la Berlinale de 2012 y es un galardón comprensible.
El resto del reparto cumple con creces. Y no nos podemos olvidar de la gran Trine Dyrholm, en la piel de la reina viuda, es una verdadera gozada verla en escena, es una actriz enorme y aquí vuelve a demostrar que no hay papel pequeño para ella.
La única pega que le pongo es su excesiva duración, ya que dura algo más de dos horas y cuarto, aun así la considero una película de visionado totalmente recomendable. Sin duda es otro ejemplo del buen cine que se hace en el norte de Europa, concretamente en Dinamarca.
Un Asunto Real,
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