jueves, 17 de octubre de 2013

Crítica de "Runner Runner"


Al final no va a ser lo mismo el jugar al poker sentado en la mesa de un garito o un casino que desde tu casa conectado on line. Al menos no es lo mismo cuando se trata de una película: todo lo que es emoción en el mundo físico se troca tedio en el virtual. Tampoco Runner Runner pretende contar una historia de jugadores, ni siquiera acierta del todo al explicar cómo funciona el mundo del juego vía internet (hablan mucho de algoritmos, y eso me saca aún más del film). Sus intenciones van más remedar el duelo, dialéctico y de testiculina, entre un mentor atractívamente diabólico y un alumno aventajado cayendo en la tentación.

Esto ya lo hizo, asimismo con el dinero visto como fichas sobre el tapete de fulleros, Oliver Stone en Wall Street. El personaje de Ben Affleck bebe del amoral Seth Gecko que encarnara Michael Douglas, pero ni está tan bien escrito ni Affleck es un buen actor (construye su Ivan con dos tics macarras y su cachondeo personal hablando castellano). Pero tampoco acaba yendo el film por aquí, transformándose en una pálida imitación descarada de una trama de John Grisham, concretamente de La tapadera, a la cual fusila sin remordimientos. Sí, dura todo escasa hora y media, y Justin Timberlake está bien, pero ni así se le quita a uno la sensación de que le han venido con un farol...

Autor: Fausto Fernández (Fotogramas)

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