martes, 14 de mayo de 2013

Crítica de "En la niebla"

La Segunda Guerra Mundial desde una perspectiva única

En parte gracias a la herencia de la propaganda política, películas rusas de heroísmo y terror en la Segunda Guerra Mundial hay muchas y muy buenas –La infancia de Iván (1962) y Masacre (ven y mira) (1985), por ejemplo–. Consciente de eso, el ucraniano Sergei Loznitsa adopta un enfoque estilístico muy particular. Se trata de una película de guerra que privilegia las emociones individuales sobre el espectáculo bélico y los compromisos éticos sobre simplistas polémicas a favor o en contra del militarismo.

Esencialmente, En la niebla es una meditación sobre los espinosos dilemas que afrontan tres soldados bielorrusos que tratan de sobrevivir a la ocupación nazi y a un clima de colaboracionismo generalizado, que lleva a antiguos comandantes soviéticos a ponerse de buen grado a disposición del invasor nazi, asumiendo tareas administrativas y aplicando a la fuerza el nuevo orden con crueldad, mientras los partisanos se esconden en el bosque.

Loznitsa muestra los destinos respectivos de esos tres hombres al tiempo que recurre a sucesivos flashbacks para darnos a conocer sus personalidades y sus respectivas actitudes frente a las fuerzas invasoras alemanas. A través de planos secuencia que atraviesan un paisaje dominado por el silencio aunque puntuado por ataques repentinos de violencia, y en el que la ideología y la acción física interactúan de forma compleja y ambigua, la película retrata a unos personajes que tienen frío, cuyas miradas están vacías, cuyos sentimientos son erosionados por un fatalismo resignado, y que deben elegir entre mantener su dignidad o abandonarla a las puertas de su propia muerte. Entre ellos, el héroe es un superviviente, y una suerte de mártir que en lugar de una cruz debe cargar con sus propios verdugos, que se niega a convertirse en un animal a pesar del contexto. Para él, mejor morir que traicionarse.

Para relatar todo eso, Loznitsa adopta un ritmo lento y solemne que permite surgir varias ironías con extraordinaria fuerza dramática, y que empuja el sencillo argumento en tránsito desde la narrativa específicamente bélica hacia la meditación universal sobre la condición humana en la que la guerra se convierte en alegoría de la vida misma, y la niebla del título en una metáfora del avance inexorable del hombre hacia lo incierto. 

VEREDICTO: Austera y precisa, demuestra lo que la guerra arranca de las profundidades del alma.

Autor: Nando Salvá (Cinemanía)


 

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