martes, 21 de mayo de 2013
Crítica de "Combustión"
La medida, no sé si de lo que ha cambiado el propio Calparsoro o quizá más bien del margen de acción que un cineasta como él puede tener dentro del cine español, lo da la distancia entre aquellos duros primeros filmes y esta película. La ha hecho, confiesa, con una declarada intención comercial, o sea, y para entendernos, a la americana; aunque aquí uno siempre puede elegir entre una filiación con Jarmusch y Linklater o con «Los ángeles de Charlie».
«Combustión» parece siempre a punto de reventar por una sobredosis de lo que llamaremos diseño, aunque podemos afinar diciendo que es una pura infección de la imagen publicitaria, brillante pero ruidosa y ostentosamente vacía (o eso parece, cuando parece obligado reforzarla con un incesante «braille» sonoro). La cámara lenta ya era vieja en los 60, y lo de la chica en microfalda dando la salida a una carrera (ilegal) de coches lo es desde los 50.
Calparsoro sigue sabiendo hacer muy bien un cine físico y planificar la acción en un espacio dinámico (esa es su parte americana, sea indie o hollywoodense) pero cuando rugen más los motores que los diálogos, y lo que chocan son los coches y no los personajes, a mí al menos me pierde como espectador.
Lo que me mantiene en vilo es el problema del verosímil, a saber, si actores españoles resultan creíbles en este tipo de papeles de ladrones y pilotos kamikazes; y debo reconocer que esta nueva generación de jóvenes promesas/estrellas parecen más a gusto en este cometido que sus mayores.
Autor: Antonio Weinrichter (Diario ABC)
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