lunes, 4 de febrero de 2013

Crítica de "Hitchcock"


Gracias a TVE pude descubrir a Alfred Hitchcock siendo una niña. Recuerdo perfectamente el ciclo que programó en la noche de los martes. Cuando vi Psicosis me aterré de tal manera que temía ver a Norman Bates por todas partes pero al mismo tiempo siempre buscaba una excusa para volver a ver la película. Digamos que gracias a San Alfredo comencé a interesarme por el mundo del cine. Psicosis probablemente no fue la mejor película de Hitchcock pero sí que fue su mayor éxito comercial y estuvo a punto de arruinar su carrera. Tuvo que financiarla de manera personal, ideó un rodaje rápido y con el equipo de su serie Alfred Hitchcock Presenta, Paramount estuvo a punto de no estrenarla, porque se había quedado horrorizada, y por poco no pasa el corte de los censores de la MPAA.

Hitchcock es uno de esos cineastas que se ganó a pulso la consideración de icono pop, su sola figura es reconocida incluso por aquéllos que no son aficionados al cine. Su obra y su retorcida personalidad han generado bastante literatura. Uno de esos libros es Alfred Hitchcock And The Making Of Psycho de Stephen Rebello que en el año 2005 iba a convertirse en un telefilm pero dos años después se le dio una dimensión cinematográfica porque querían una película que llegase a los Oscars. Para ello se pensó en Anthony Hopkins y Helen Mirren, dos intérpretes con estatuilla, para que interpretasen al mago del suspense y a su esposa y estrecha colaboradora, Alma Reville. Después de estar casi cinco años guardado den un cajón el proyecto le fue encomendado a Sacha Gervasi, guionista de La Terminal y que hace un par de años estrenó con éxito el documental Anvil. El Sueño de una Banda de Rock y del guión se encarga John J. McLaughlin (Cisne Negro).

En Hitchcock asistimos al proceso de creación de Psicosis. El director después de estrenar Con la Muerte en los Talones se obsesiona con una novela de terror titulada Psicosis de Robert Bloch, inspirada a su vez en la historia del asesino en serie Ed Gein, y quiere que sea su próxima película. Cuenta con la oposición de la Paramount, que se niega a financiar la adaptación de una novela tan repugnante. Para poder rodarla tendrá que financiarla él mismo, hipotecando su casa y recortando todo tipo de gasto personal. Su mujer no confía en este proyecto ya que ella apostaba por una novela de un amigo escritor. La relación del matrimonio se resiente e influye de manera negativa en el rodaje. Todo esto aderezado con chistes que a los iniciados no se les escapará.

El principal problema reside en Anthony Hopkins. Se agradece que haya dejado el piloto automático en casa y que vuelva a ser un alumno aventajado de la Escuela Mortadelo, clava los gestos y la voz de Hitchcock, pero termina siendo una caricatura del cineasta británico, no solo por el chanante maquillaje que lleva que inexplicablemente opta al Oscar, llegando a tener su momento nivel presentación de Nicolas Cage en Cara a Cara pero en el film de Woo es glorioso, aquí es realmente ridículo.



La verdadera ama y señora de este film es Helen Mirren. Juega con ventaja ya que nosotros no conocemos a la auténtica Alma Reville, una mujer que sacrificó su carrera, era montadora, para poner su talento al servicio de su marido. Reville era quien se encargaba de supervisar los guiones y los montajes de las obras de Hitchcock, y estuvo siempre a su lado, siendo siempre su sombra. Si la película aguanta es gracias a Mirren, y cuando Hopkins está totalmente desatado solo le basta un gesto para dejarle ko. Eso sí, Reville no era nada atractiva y la caracterización de Mirren no le resta el suyo.

La pareja protagonista está muy bien acompañada por Scarlett Johansson, Danny Huston, Toni Collette, Jessica Biel, James D’Arcy, Michael Stuhlbarg, Richard Portnow y Kurtwood Smith. Todos eficaces, Huston, Collette y Stuhlbarg excelentes, pero destacaría especialmente a James D’Arcy, principalmente por su escena de presentación en donde clava a Perkins y sin hacer ningún tipo de alardes, todo lo contrario que Hopkins. Ojo al cameo de Ralph Macchio, interpretando al guionista Joseph Stefano.


Alfred Hitchcock fue uno de los cineastas más grandes de todos los tiempos. En Hitchcock, aunque no deja de ser de agradable visionado, no se refleja de su genialidad. Ni soñándolo.

Autor: Mary Carmen Rodríguez (lashorasperdidas)

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