lunes, 26 de agosto de 2013
Crítica de "Elysium"
Los siempre procelosos encargados de mantener el orden en su abigarrado universo distópico van a perseguir a Neill Blomkamp hasta los confines de su obra, obligándole a resolver si quiere seguir por esa senda en la que tan cómodo se muestra o prefiere cambiar de tercio. Mientras se decide, el poder visual de su propuesta sigue soportando mejor que bien su curioso giro social, de nuevo más interesado en retratar una lucha de clases futura que en seguir la lógica interna de un filme de ciencia-ficción. Quizá por eso, de los dos mundos separados (ricos-pobres, que también estaba en la aparente división humanos-alienígenas de la apabullante Distrito 9) que propone la película en paralelo, parece interesarse mucho más por el de los parias de la Tierra, en cuyo campo, entre orwelliano y espaldamojado, puede trabajar con la adrenalina y el ritmo, y se deja llevar por el riesgo.
Reserva para el planeta Elysium, el perfumado limbo de la casta superior, el espacio para enfoque político, aunque la acción se tenga que resolver allí arriba. De ese hábitat lastrado por la estampa de folleto de urbanización de lujo, hay que quedarse con una Jodie Foster a la que no le sentaba tan bien un papel desde hace lustros: repelente y poderosa, su acento francés apuntala la deriva anticonservadora (e indirectamente antibuenista: el gobierno bienintencionado sufre ante esta dama de hierro) que subyace bajo las armas, las naves y los androides, pero éste parece ser el primer estadio tras el que el pueblo se alza para preservar la democracia (y el acceso a la sanidad pública universal, ojo). Navega entre ambos territorios un Matt Damon con alma de Mesías y cuerpo de Terminator madmaxiano, cuyo sacrificio por la humanidad (y por la raza latina, sobrerrepresentada en el filme), merece una continuación a la altura, no sólo para rendir tributo a un nuevo reto físico del actor (tras el palizón a correr y nadar de los Bournes y el rugby de Invictus, descubre los deportes de lucha) sino para decidir cómo será la mañana siguiente a la revolución del libro rojo de Blomkamp.
Autor: Carlos Marañón (Cinemanía)
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