viernes, 20 de diciembre de 2013

'Futbolín': El futbolín es asín


Es sumamente curioso como tras haber cosechado su mayor éxito de crítica, público y taquilla con 'El secreto de sus ojos' -de la que personalmente sólo recuerdo la sensacional secuencia del estadio-, Juan José Campanella ponga a prueba su prestigio con un filme tan modesto como este 'Futbolín', producción de animación por ordenador cuya mayor baza es saber como ganar su partido, aunque sea por la mínima (y en el último minuto). Que nadie espere "una película de Juan José Campanella" porque no va a encontrar más que una (correctísima) cinta de animación, tanto para bien (es muy entretenida) como para mal (sólo es entretenida).

Es sintomático de la era digital comprobar que el cine de animación, entendido como un mundo aparte, ya no es el gueto que solía ser. Directores como Gore Verbinski ('Rango'), Steven Spielberg ('Las aventuras de Tintín') o el propio Campanella han coqueteado con el medio de la misma manera que animadores como Andrew Adamson ('Shrek'), Brad Bird ('Los increíbles) o la dupla formada por Philip Lord & Chris Miller ('Lluvia de albóndigas') han probado suerte en el mundo real. En ambos casos, además, con algunos ejemplos de gran éxito comercial, crítico y popular, si bien siempre habrá un listo que se acuerde de 'John Carter'... por más que un auténtico desastre se parezca mucho más a 'Jonah Hex'.

La búsqueda de hacer algo distinto, siempre loable aunque el resultado venga a ser el mismo de siempre... como lo es el de 'Futbolín', cinta que pretende ser algo distinto en la carrera de Juan José Campanella sin por ello ser algo distinto a lo habitual en lo que se podría llamar "el género de la animación". La táctica es clara, se trata de sobre todo no perder el partido antes que de ganarlo, de ahí que la ambición se la reserve si acaso para el partido de vuelta, si es que lo hay. Pueden ser el miedo o la inseguridad del debutante, tal vez, pero Campanella arriesga lo justo y necesario. Lo justo y necesario, lo que no quiere decir que no sepa mover la pelota con soltura y visión de juego.

Campanella no ataca pero tampoco se encierra atrás a echar balones afuera. Y ahí es donde encuentra su juego, el de una agradable y muy entretenida comedia de animación cuya falta de valentía no impide que se puedan ver buenas jugadas de ataque. El juego, tal vez, ni recuerda a la Quinta del Buitre ni al Dream Team de Johan Cruyff, como puede que no maraville como para conservar en VHS un recopilatorio con sus mejores jugadas, pero sirve perfectamente para contribuir a lo más importante, ganar el partido, y además manteniendo la atención constantemente ante la incertidumbre de que en cualquier momento puede haber una ocasión de peligro.

Con Campanella metido a "gamer", uno de los mejores cumplidos con doble filo que se le pueden hacer es que su presencia en el resultado no resulta determinante, ni para bien ni para mal. Su salto al campo no supone una revolución pero tampoco desentona, en absoluto, para con sus compañeros de equipo, especialmente para con aquellos que disponen de unas instalaciones de entrenamiento bastante más caras. 'Futbolín' funciona e incluso divierte, y aún siendo sólo un partido más en la temporada se vale, y se basta, para sumar tres puntos tan importantes como cualquier otros. Incluso aún a pesar de su (incomprensible) doblaje al castellano, un motivo de peso para que el resultado sea bueno... pero no chévere.

Autor: Juan Pairet Iglesias (El Séptimo Arte)

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