martes, 12 de noviembre de 2013
Crítica de "El mayordomo"
En una secuencia aparentemente accesoria de este drama de trazo grueso e intenciones didácticas, Martin Luther King (Nelsan Ellis) habla sobre una subversión invisible: la de los cientos de afroamericanos que decidieron servir a hombres ricos blancos, aprendiendo una coreografía de gestos respetuosos que denotaba algo más que una actitud servicial. Así, el mayordomo de la Casa Blanca que interpreta Forest Whitaker se formula como la contrafigura bienintencionada de ese Django colérico que imaginó Quentin Tarantino: ambas películas se enfrentan a la esclavitud como herida aún abierta en el espíritu nacional, pero sus maneras no podrían ser más dispares. Y, aunque parezca que Lee Daniels aboga por la concordia y la amplificación del melodrama oscarizable, su referencia fnal a los campos de concentración y el Apartheid ponen de manifesto una insoslayable intención crítica.
Inspirada en un caso real, 'El mayordomo' adopta un registro abiertamente sentimental para pintar un fresco de la lucha por los derechos civiles, desde las plantaciones de algodón hasta el triunfo de Obama en 2008. No hay espacio para la ironía en el universo de Daniels, aunque las diferentes estrellas que pueblan el Despacho Oval sí ofrecen un contrapunto cómico a una trama demasiado abigarrada.
Autor: Noel Ceballos (Fotogramas)
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