lunes, 20 de enero de 2014

Crítica de "La vida secreta de Walter Mitty"


En los primeros momentos de La vida secreta de Walter Mitty se explica de un modo tan contundente que se da uno cuenta de que su "síndrome" es una minucia comparada con el del personaje... Espera el metro en una estación elevada, de repente da un salto suicida hacia un edificio cercano, rompe los cristales de una ventana, y de inmediato sale por la puerta de abajo con un bebé en los brazos mientras explota todo el edificio..., en la imagen siguiente vemos a nuestro Walter Mitty parado en la estación, despertándose de su "aventura" y viendo como se aleja el metro... Y ya sabemos cómo son las dos vidas de este hombre: la real, aburrida y con tendencia a perder el tren, y la secreta y soñadora.

El inclasificable Ben Stiller, un director de alto riesgo y un actor impúdico que le sacaría una carcajada a Michael Haneke en un día de niebla, revive y colorea el relato de James Thurber hasta convertirlo en una fábula empresarial, romántica y vitalista, de una fantasía visual deslumbrante y chocante debido a esa contradicción entre el mundo adormecido y funcionarial de ese hombre gris que vive entre los negativos de la revista Time Life y el soñador y aventurero que se le cuela ocasionalmente dentro, como si positivara con los líquidos de su imaginación el negativo de su existencia.

Stiller aprovecha como director, pero muy especialmente como intérprete de ese personaje, sus discordancias con los nuevos tiempos y jefes de su empresa en reconversión digital, y su pulso personal con Adam Scott, magnífico en su papel de cabecilla merluza del giro periodístico y empresarial, lo cual le da entidad de comedia a la película; de comedia romántica, con la entrada en campo de la adorable (aquí) Kristen Wiig. Como todo el cine de Stiller (y "Zoolander" sería la cometa sin hilo), aquí también te deja un poco la impresión de que no pasaría un control "antidoping", de puro excitado, incansable y convulso, y ni siquiera le falta ese punto de hilo suelto y adiós cometa en los momentos "coñac a morro" y spot mundo-aventura en los que sale Sean Penn.

Autor: Oti Rodríguez Marchante (Diario El País)

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