martes, 28 de enero de 2014

Crítica de "Hércules: El origen de la leyenda"


Veintitantos años atrás, Renny Harlin se podía permitir el lujo de encabezar el reparto de sus películas con los nombres de Bruce Willis o Sylvester Stallone. Anclado en dique seco estos últimos años, en los que ha hecho obras de presupuesto menor aunque no carentes de interés (Cleaner o 12 trampas no estaban nada mal), ha de lidiar ahora con un puñado de actores insulsos en Hércules: El origen de la leyenda. El déficit actoral, en cualquier caso, no deja de ser coherente con el espíritu que alienta su última película, que no es otro que el del italiano péplum que tanto proliferó entre los años cincuenta y sesenta: Steve Reeves fue el más famoso, pero circularon también por esa constelación de bíceps más o menos hiperdesarrollados Mark Forrest, Reg Park y Ed Fury, entre otros actores no precisamente dotados para la interpretación.

Y es que, aunque cuenta con efectos digitales vistosos (la pelea inicial es puro videojuego) y en algunos momentos apunta a Espartaco o, en la escena del héroe encadenado a las columnas, a Sansón y Dalila (con la que comparte aquel detalle que tanto irritó a Groucho Marx: que el protagonista luzca pechos más grandes que la chica), a Hércules: El origen de la leyenda hay que alinearla en aquella formación en la que destacaron cineastas como Vittorio Cottafavi, Pietro Francisci o Carlo Campogalliani (cuyo Ursus apreció con agudeza Bertrand Tavernier). Los candorosos paseos a caballo o baños en el lago de Hércules y su amada, por ejemplo, nos retrotraen a las viejas tardes de sábado de programa doble. Un irresistible perfume de cine de barrio, de genuino cine popular desenfadado y sin pretensiones acaba apoderándose del filme de Harlin, quien tal vez se hubiera sentido más a gusto en un producto de mayor hechura presupuestaria: ya que no puede permitirse el colosalismo de La isla de las cabezas cortadas, ha de contentarse con algo parecido a un (simpático) episodio del Hércules producido por Sam Raimi.

Autor: Jordi Battle Caminal (Diario La Vanguardia)

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