martes, 7 de enero de 2014

Crítica de "Ismael"


Esta es una película sobre eso que al menos un famoso escritor norteamericano, y muchos de esos temibles manuales de guión, solían llamar segundo acto, en la ficción o mejor en la existencia de las criaturas que la pueblan.

Así, en el curso de una ajetreada jornada alrededor de la que se concentra y condensa toda la trama, todos los personajes principales sufren una sacudida emocional que les obliga a replanteárselo todo. Un punto de giro obligado para ellos incluso aunque su vida hasta ese momento gozara, si no de una felicidad plena, sí al menos de una razonable forma de suspensión, o de resignación.

Esa clase de componendas vitales no se aplican a quien pone en marcha la peripecia: un niño de unos 10 años, el Ismael del título, que vive con su madre, que le tuvo de soltera, y la nueva pareja de ella, con quien el niño parece llevarse bien. Pero la urgencia de los puros de corazón le lleva a fugarse y a buscar a su padre biológico, poniendo en marcha una cadena de imprevisibles despertares e iluminaciones: de esa clase de filiaciones y vínculos emocionales habla la nueva película del argentino Marcelo Piñeyro, rodada en España y con un notable reparto de actores nacionales.

Su estilo narrativo parece haberse contagiado de ese pecado de redundancia que a veces aflige a nuestro cine: sin que Piñeyro haya perdido su habitual competencia narrativa, parece haber una mayor necesidad de subrayar los estados emocionales, de explicarnos o de hacer que los personajes (se) expliquen lo que están viviendo, sus reacciones a cada situación, etc. Ello hace que queden mejor los actores poco expresivos (Mario Casas) o más «naturales» (la modelo Ella Kweku) que aquellos con más técnica pero que parecen sobreinterpretar sus personajes, como Belén Rueda y Sergi López (Juan Diego Botto se libra de ello por el carácter de «vector» que tiene su secundario). Y esto, que pasaría desapercibido con una trama más movidita, se hace patente por la concentración (unidad temporal, que diría un manual de guión) que tiene esta.

Autor: Oti Rodríguez Marchante (Diario ABC)


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