jueves, 3 de enero de 2013

Crítica de "Despedida de soltera"


Lo malo de las apariencias es que en muchas ocasiones son sólo eso, apariencias. Es comprensible que alguien pueda pensar que 'Despedida de soltera' es algo así como el reverso femenino de 'Resacón en Las Vegas', un éxito no tan sorpresa (en base a sus méritos) que es indudable ocupa ahora mismo un puesto de honor en la mente de cualquier productor (y de mundo tan pequeño como el de nuestras propias referencias). Y en cierta forma así lo es, en cierta forma como siempre muy sui géneris y a nuestra manera sí podemos decir sin que nos acusen de pasarnos tres pueblos y una chabola que esta apariencia se corresponde con la realidad, y que 'Despedida de soltera' es una especie de versión alternativa y perfumada de la misma idea que sustenta el filme de Todd Phillips. Pero, lo dicho, hablamos de una apariencia más bien, no tanto por las intenciones como por los resultados... lugar donde cualquier parecido de una con la otra es fortuito.

Ir a perderlo y perderse. Creo que, aparte de ser el título español de la primera película de Curtis Hanson, este titular resume perfectamente el resultado final de 'Despedida de soltera', un filme que al igual que el protagonizado por un jovencísimo Tom Cruise pretende ser desmadrado, y lo es (alcanzando el histerismo por momentos), pero que por contra no logra ser divertido, aunque por supuesto lo pretenda (y lo ansíe en grado sumo). Y ese es, junto a la sensación de déjà vu que su engañoso (y feo) toque indie no logra tapar (más bien lo contrario), el gran lastre del debut de Leslye Headland, que si bien nos ofrece un filme con suficientes recursos como para mantenernos despiertos y a la expectativa no logra encajarnos ningún golpe, ni bajo ni alto... dejándonos ante esa misma expectativa. ¿Resultado? Cumple a la hora de entretener pero no a la de divertir, o lo que es lo mismo, se deja ver sin ninguna molestia como no será ninguna molestia dejar que se olvide.

Como un día de tantos que uno sale de copas y al día siguiente no recuerda nada... porque no hay nada que recordar (ni fotos que nos lo recuerden). No soy particularmente adicto ni a Todd Phillips ni a 'Resacón en Las Vegas', eso se lo dejo a mi compañero Reporter, pero si algo cabe reconocer a ambos es su efectividad. 'Resacón en Las Vegas' es un filme que a la manera de los clásicos ochenteros tan en boga en esta época navideña uno no tiene reparo en ver si la providencia se la ha puesto delante, e incluso las veces que hagan falta. Eso, en realidad, es lo que hace define a una buena película ya pensemos que es mejor o peor: que no nos importe volver a verla si surge la ocasión, y aunque sea sólo por detalles muy concretos como una escena, un personaje o un diálogo. Vista 'Despedida de soltera', algo irrelevante llegado el caso, es posible que le diéramos la alternativa durante unos 10 minutos, que de primeras el entusiasmo de Kirsten Dunst, Isla Fisher o Lizzy Caplan bien se merece una oportunidad (y la esperanza), si bien terminaríamos por cambiar de canal ante la evidencia de que ni la fuerza sin control no sirve de nada... ni que 'Despedida de soltera' es una película española, ejem.

No es cuestión de entretener, que con 90 minutos de por medio es lo mínimo (exigible), sino cuestión de saber encajar alguna gracia buena, inspirada o efectiva que transforme una sonrisilla de circunstancias en una carcajada, y dicha carcajada en beneplácito. Las que hacía Chevy Chase en los años 80 puede que no fueran mucho mejores, pero sí sabías que los vecinos te iban a escuchar reírte al menos cuatro o cinco veces, suficiente para mediante la coartada de la simpatía regalar un aprobado respaldado en posteriores revisionados fortuitos (y que en el caso de 'S.O.S. Ya es Navidad' alcanzan para una Matrícula). Y es que 'Despedida de soltera' es como una cerveza sin alcohol, una comedia que parece que lo intenta incluso pretendiendo no caer en el estúpido producto con el que tapar agujeros (que finalmente es), algo que en última estancia ni la beneficia ni la perjudica... porque sencillamente acaba por tener tan poca importancia como poco trascendente resulta esta convencional y anodina película del montón. Siempre nos quedarán las apariencias que otorgan un reparto bastante apañado y un ritmo que permite sobrellevarlo con alegría, suficiente para sobrevivir aunque no más que para sobrevivir. O al menos eso parece.

Autor: Juan Pairet Iglesias (El Séptimo Arte)

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