lunes, 1 de abril de 2013

Taquilla americana


Pese a una producción que fue un pifostio de los más sonados, pese a cambios de guión a última hora y una vez acabado el rodaja principal, pese a que no deja de ser un producto de entretenimiento con un argumento para niños de 10 años, G.I. Joe vuelve a tener un estreno más que decente con su segunda entrega. Quizas, teniendo en cuenta el alto presupuesto de la película, el estreno tampoco sea para tirar cohetes, pero a poco que aguante el tirón y con lo que haga a nivel internacional, esta película salvará los muebles sin demasiados problemas. La crítica, suspendiendo la película, tampoco es que se haya cebado (42/100 en Metacritic) y el público la aprueba (6,6 en IMDb), logrando al final una valoración incluso mejor a la de la primera entrega.

Peor paradas salen las otras dos novedades del Top 10. La primera de ellas, que entra en el tercer puesto con una recaudación superior a los 20 millones, es la nueva película como director de Tyler Perry, el reclamo infalible para el público afroamericano, aunque fuera de ese mercado y de EE.UU. rara vez se coma un colín. Perry deja de lado su saga sobre Madea y se adentra en el drama con tintes eróticos con la historia de una ambiciosa mujer que traiciona su matrimonio liándose con un fulano forrado de pasta. Muchas críticas señalan como lo peor, pero a la vez más divertido (involuntariamente, se entiende), al tercer acto de la película donde todo el potencial culebrónico del invento se explota sin ningún tipo de misericordia. Críticas bastante chungas de prensa (30/100 en Metacritic) y público (3,3 en IMDb).

La otra película perjudicada, no sólo a nivel de crítica, sino también de taquilla, es la horrenda The Host. El estreno no ha podido ser más flojo, 11 tristes millones para la adaptación de la última novela de la locatis que revolucionó las hormonas adolescentes durante el último lustro con la saga Crepúsculo. The Host, sinceramente, no es peor que la saga vampírica, simplemente no ha gozado de ningún hype que pudiera disimular el auténtico truño argumental que sale de cualquier creación de esta mujer. Ni una siempre magnética Saorise Ronan ni un director solvente como Andrew Niccol consiguen salvar la papeleta de esta locura que, por esa tozudez de reducir todo a un conflicto amoroso de instituto, reduce al ridículo cualquier buena idea o cualquier elemento sólido del género que toma prestado como contexto, en este caso la ciencia ficción. Al final todo se reduce a “no sé si quiero a Fulano o a Mengano”, así es imposible. Críticas chungas por parte de la prensa (36/100 en Metacritic), pero al menos salva la cara con el público (5,8 en IMDb).

Autor: Javier Ruiz de Arcuate (lashorasperdidas)

Vía: IMDb y BoxOfficeMojo.


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