domingo, 22 de septiembre de 2013
'R.I.P.D. Departamento de Policía Mortal': Men In Dead
Obvio, lo sé, pero aún así hay que decirlo (más): Ryan Reynolds no es Will Smith. Eso es algo que debió quedar bastante claro cuando en 2004 ejerció de escudero chistoso de Blade, si bien parece que el director de casting de 'R.I.P.D.' no vio dicha película. No sería una pérdida reseñable de no haber sido, precisamente, el director de casting de un filme con un título tan premonitorio, 'R.I.P.D.', y descanse en paz. Esa es la principal diferencia -que no la única- del por qué esta especie de 'Men in Black' con cadáveres putrefactos en vez de alienígenas juguetones no resulta ni la mitad de efectiva que lo era el filme de Barry Sonnenfeld. Posiblemente, menos de la mitad. O casi nada, por mucho que para algunos -me incluyo, pero no me hagan caso- pueda tener ese tufillo demoníaco a putrefacción que anime a ser benévolo con su esquela.
'Men in Black' fue a nivel mundial la tercera película más taquillera de 1997. La taquilla no siempre responde de manera proporcional a la calidad de un filme, y aquel era un ejemplo como cualquier otro. Sin menospreciarlo más que lo justo, sólo un poco, el éxito de 'Men in Black' como película reside, principalmente, en dos nombres: los de Tommy Lee Jones y sobre todo Will Smith. Ambos, junto a una estupenda campaña de promoción, la acertada y muy directa puesta en escena de Barry Sonnenfeld y el nombre de Steven Spielberg, que siempre ayuda, hicieron de 'Men in Black' el filme tan resultón que siempre ha sido. Porque si algo lo define es que se trata de un filme resultón. Porque si le despojamos de la ropa, en verdad, debajo de ella no nos queda nada más allá de Orión, la simple confluencia de unas circunstancias que arrojan el saldo idóneo en el momento oportuno.
'R.I.P.D.', vendría a ser una versión alternativa de 'Men in Black', en donde en lugar de inmigrantes de más allá de la capa de ozono tenemos unos muertos más que vivos y revoltosos que se niegan a ir, por siempre jamás, a un más allá en el que sospechan no serán bien tratados. Por algo será, que ni uno se lo toma en paz. Robert Schwentke hace las veces de Barry Sonnenfeld mientras que por su parte Jeff Bridges y Ryan Reynolds hacen de Tommy Lee Jones y Will Smith, respectivamente. Lo que vendría a ser un amago de ofrecer una buddy movie de corte fantástico alegre y divertida, de ritmo trepidante y efectos especiales a mansalva en torno a los que desarrollar un argumento no más que apañado, sencillo, simple. Un amago, repito, y a lo que añado infructuoso. El ritmo lo tiene, los efectos especiales también. Pero la gracia se le ha caído del cielo al infierno.
Que 'R.I.P.D.', con o sin el ridículo subtítulo de 'Departamento de Policía Mortal', es un filme fallido salta a la vista. Fallido, antes que caer en cualquier otro descalificativo de mal gusto. Y curioso, al menos para cualquier alma en pena, por más que a su siempre alegre y directo empeño le falte la mesura, el tempo y la chispa que hicieron de 'Men in Black' lo que 'RIPD' sólo alcanza a soñar en otra vida. Tiene sus momentos... de hecho vive a base de momentos; la premisa como tal es sugerente... la premisa, no su desarrollo; y el director le pone ganas... que no acierto (el abuso del zoom "molón" cansa); por si fuera poco están Jeff Bridges y Kevin Bacon, que siempre aportan, y un buen fajo de billetes que patrocinan un acabado audiovisual competente, si bien su abuso redunda en una huella digital demasiado evidente como para sumergirnos en la ficción a pecho descubierto.
Pero sobre ella sobrevuela todo el rato la sensación mortal de vacua pérdida de tiempo, de indiferencia ante la falta de un argumento convincente que guíe nuestros pulgares hacia arriba. El chiste y los efectos especiales están en la pantalla, pero uno se pregunta demasiado pronto que si todo esto tiene algún sentido, significado o fundamento... o si sólo es una broma (muy cara) como las que se cuelgan en YouTube. Pronto uno descubre que este es un producto irrelevante cuyas circunstancias ni arrojan el saldo idóneo ni han encontrado el momento oportuno. Dura 90 minutos y va directa al grano, no dando tiempo a cogerle la manía de quienes sufren tostones veraniegos de dos horas y pico... pero poco más a su favor cabe decir salvo que, si acaso, formará parte de esa ilustre lista en la que figuran títulos como 'Wild Wild West' o 'Mistery Men'. Con eso ya esta todo dicho.
Autor: Juan Pairet Iglesias (El Séptimo Arte)
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