lunes, 9 de septiembre de 2013

Crítica de 'Riddick'


Si algo tenemos los cinéfilos es que amamos el cine por encima de todas las cosas. Es ese sentimiento el que nos crea un afán constante por sumergirnos en historias en busca de nuevas experiencias que descubrir, unas veces con gran éxito, y otras con no tanto. El problema de esto es, que muchas veces, los que manejan el cotarro en este mundillo tienen otros intereses muy distintos a los nuestros, a veces incluso unos intereses que implican el reírse de nosotros. Pero lo que ellos parecen ignorar es que el público no es tonto, y que poco a poco, todos (unos más tarde que otros) nos estamos dando cuenta de que hasta aquí hemos llegado. Una cosa es ver un producto malo, y otra muy distinta, sufrir de lo malo que es...

Que ‘Riddick’ sea una mala película no es algo que me sorprenda. Tampoco me sorprende que tras nueve años desde que irrumpiese aquel despropósito de secuela (y de película) llamada ‘Las crónicas de Riddick’, a alguien se le ocurriera apostar por hacer una nueva entrega aprovechando el nivel de fama actual de Vin Diesel y los avances en la tecnología digital para regalar a los fans del personaje (aunque sean pocos) algo de lo que sentirse orgullosos y a la vez crear una cinta de aventuras y acción medianamente disfrutable para el público medio. Lo que me sorprende es que nadie, nadie, con una mínima porción de sentido común entre el equipo, durante la preproducción, el rodaje o incluso la postproducción reflexionara, cogiera aire, golpeara la mesa y dijera “oye, ¿qué estamos haciendo?”.

Porque ‘Riddick’ es una película inútil, un intento en vano de reiniciar la franquicia que ni siquiera se preocupa por cuidar su imagen ni corregir los fallos de su predecesora. Una película sin historia en la que no ocurre nada, una estupidez fruto de un guión inexistente carente de toda emoción que además deja a su icónico personaje protagonista completamente humillado. Al menos podría haber tomado nota de otras películas del estilo y haber optado por no tomarse en serio, pero aunque en algún momento pueda dar la sensación de que lo intenta, la escena siguiente hace que se desvanezca toda esperanza. No sabes si reir, llorar… o salir corriendo de la sala.

Hay sagas que han sido alargadas demasiado arruinándose por completo, ya fuera por que las secuelas no cumplían con las expectativas del público o por que no cumplieron las expectativas en taquilla. Sin embargo, ‘Riddick’ es una saga que ya nace arruinada, una saga que (rezemos) es imposible que salga adelante, o por lo menos no de la forma en que lo han demostrado las dos últimas entregas, haciendo sufrir al espectador que encerrado en la oscuridad de la sala de cine teme por su vida y por su capacidad mental. Una película que ni siquiera te deja igual que antes de haberla visto, sino peor.

Basta ya, Hollywood. Por favor.

Autor: Diego Sánchez Izquierdo (El Séptimo Arte)

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