lunes, 2 de septiembre de 2013
Crítica de "Mud"
En el año 2011 el realizador Jeff Nichols se convirtió en una de las revelaciones del Festival de Cannes con Take Shelter que se llevó el premio de la Semana de la Crítica. Un año después optaría a la Palma de Oro con Mud, que aunque fuese muy bien recibida por la crítica se fue de vacío de La Croisette. Mud, una producción que ha costado diez millones de dólares, ha funcionado muy bien en la taquilla gracias al boca a boca y a las excelentes críticas. La distribuidora Lionsgate no erró al retirarla de la campaña del pasado año.
La historia se sitúa en un pueblo de Arkansas. Ellis es un adolescente cuya vida familiar está a punto de romperse, sus padres están al borde de la separación. Su mejor amigo es Neckbone, que está al cuidado de su tío. Un buen día llegan a una pequeña isla situada en el río Mississippi y descubren a un misterioso hombre llamado Mud, que lleva un tiempo escondido en el lugar. Los chavales entablarán una relación con él y se ofrecerán a ayudarle a reencontrarse con su amada Junniper. Lo malo es que Mud es un fugitivo, ha matado a un hombre perteneciente a una adinerada familia que le ha puesto precio a su cabeza.
A diferencia de Take Shelter, Mud es menos ambiciosa y muchísimo más convencional. Aun así es un compendio de muchas cosas, es un drama sureño que nos habla de la pérdida de la inocencia que bebe de la obra de Mark Twain y el cine de Robert Mulligan, la fotografía de Adam Stone es estupenda, es también un western, con personajes violentos salidos de un film de Peckinpah. Pero es sobre todo una historia de amor, y Nichols ha rodado una de las escenas más hermosas que he visto en mucho tiempo. El resultado es sin duda fascinante y no pesa en absoluto su duración que supera las dos horas.
Cuando Matthew McConaughey se dio a conocer con Tiempo de Matar de Joel Schumacher fue bautizado como el cruce entre Marlon Brando y Paul Newman, ya que además de su imponente presencia tenía carisma y se adivinaba cierto talento. Ni es Brando, ni es Newman, ni una mezcla de ambos. Y comparándolo con muchos otros de sus coetáneos ni ha tenido la mejor trayectoria, ni ha tenido complejo de vedette de revista, ni tiene plañideras que sean especialmente pesadas, ni cuando firma sus contratos pone “Oscar Role!”, aunque con Dallas Buyers Club realiza su primer intento. Probablemente McConaughey haya desperdiciado su talento en comedias románticas que sirvieran para el lucimiento de Jennifer Lopez o Kate Hudson, pero en ningún momento ha dejado de ser eficaz. El giro dado a su carrera en los últimos años, desde Lincoln’s Lawyer y sobre todo desde esa bestialidad llamada Killer Joe, obedece a que ha sentado cabeza, se ha casado con la modelo Camila Alves con quien tiene tres hijos, y se ha visto bajando a la segunda B. Tenía que cambiar el chip y lo agradecemos. McConaughey está totalmente convincente en la piel de este hombre que está pagando por los errores del pasado, es más, diría que jamás ha estado mejor.
Pero los verdaderos protagonistas del film están encarnados por Tye Sheridan, al que vimos interpretando a uno de los hijos de El Árbol de la Vida de Terrence Malick, y Jacob Lofland, que con Mud debuta en el mundo de la interpretación. Encontrar a actores adolescentes que sean naturales y convincentes y que no escupan sus diálogos como si fuesen replicantes es bastante difícil y cuando se logra el resultado es espectacular. Sheridan y Lofland no se achantan nada al lado de sus compañeros de reparto, como esa bestia parda llamada Michael Shannon, que aquí hace una aparición menor, Sam Shepard, que siempre mola cuando agarra un rifle, o Joe Don Baker, que llena la pantalla con cada una de sus apariciones.
De no ser por la participación de Matthew McConaughey y sobre todo de Reese Witherspoon, Jeff Nichols habría tenido problemas para llevar Mud a buen puerto. Witherspoon, que debutó en el cine protagonizando Verano en Louisiana de Robert Mulligan, se limita a ser la chica, el detonante de todo el conflicto. Y aunque no chirría en absoluto, la Witherspoon era una actriz con un grandísimo potencial antes de asumir su rol de Novia de América y de ganarse una infinidad de detractores, el personaje bien podría haber sido interpretado por ella, por mi tía Celedonia o por un maniquí de unos grandes almacenes, porque Junniper es la nada, es una mera excusa. Eso sí, la descripción que se hace de ella “hermosa rubia de largas piernas” solamente se entiende si la Witherspoon ha sacado a relucir su mala baba.
Mud es un film hermoso, una de las mejores propuestas cinematográficas de este año y nos confirma a Jeff Nichols como uno de los directores a tener en cuenta.
Autor: Mary Carmen Rodríguez (lashorasperdidas)
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