lunes, 15 de julio de 2013
Crítica de "Niños grandes 2"
'Niños grandes' fue en 2010 una de las grandes sorpresas de la taquilla del cine norteamericano y la cinta más rentable de todas las de Adam Sandler, recaudando más de 260 millones de dólares en todo el mundo. Lo que resulta aún más asombroso, no obstante, es que una estrella de la comedia tan genuinamente estadounidense como Sandler lograse casi los mismos resultados tanto dentro como fuera de casa, puesto que la película recaudó más de 100 millones de dólares fuera de Estados Unidos.
Ahora se estrena la segunda entrega con los mismos objetivos y el mismo equipo técnico y artístico, con Dennis Dugan en la dirección y los cuatro protagonistas, es decir el citado Sandler, Kevin James, Chris Rock y David Spade, repitiendo sus cometidos. También repiten, incluso, buena parte de los secundarios, desde Salma Hayek a María Bello.
Si algo confirma esta película es la notable compenetración entre el director y el protagonista, que han formado un tándem ciertamente efectivo. Sandler, que se involucra por vez primera en una secuela, y Dugan, que fue actor antes de director, han colaborado en ocho ocasiones, entre ellas en títulos tan conocidos como 'Un papá genial', 'Os declaro marido y marido', 'Jack y su gemela' y 'Sígueme el rollo'.
Para el director sobran los motivos para explicar que este era el momento adecuado para la secuela. "Ha sido –dijo– emocionante reunirlos a todos. Todos los personajes y las relaciones eran tan ricas y divertidas que sabíamos que había muchas más historias que contar. Es como visitar a viejos amigos".
La anécdota aporta muy pocas variantes, como era de esperar. Tras mudarse con su familia a su pueblo de toda la vida para estar más cerca de sus amigos y los hijos de estos, Lenny (Adam Sandler), descubre que entre acosadores de antaño y acosadores actuales, conductores de autobús esquizofrénicos, polis ebrios en esquís y 400 fiesteros disfrazados dispuestos a amargarle la fiesta, la locura no ha hecho más que empezar.
Para el otro protagonista, el afroamericano Chris Rock, volver a formar equipo con sus divertidos compañeros supuso la ocasión perfecta de hacer una película especialmente graciosa. "Es una competición juguetona entre graciosos", explicó el actor. "Yo quería ser –añadió– más gracioso que Spade, Spade quería superar a Kevin, y Kevin, a Adam. Cuando eres humorista, no lo puedes evitar. Pero gracias a eso somos más graciosos, eso es lo bueno".
Cada uno de los personajes atraviesa un problema distinto y peculiar. Después de su último viaje a su pueblo natal, Lenny Feder, la estrella de Hollywood, comprendió, gracias a sus viejos amigos, lo que realmente importa en la vida. Y esa es una lección que no olvidará.
Lenny ha dejado su trabajo como agente de Hollywood para hacer las maletas y llevarse a la familia al lugar donde se crio. Quiere que sus hijos se críen en un lugar normal, alejados de la locura hollywoodiense. Eric Lamonsoff (Kevin James) tendrá que hacer frente al mayor de sus temores en el filme. "Uno de los temas que trata la película –dijo el actor– es cómo estos personajes reviven su juventud de alguna manera, y ahora que son adultos, se enfrentan a cosas desconocidas con las que nunca tuvieron que lidiar de jóvenes. Mi chico es el que nunca se atrevió a saltar a la cantera de crío. Lenny y los demas tios no me han dejado superarlo...".
Kurt McKenzie (Chris Rock) ejerció de amo de casa en la primera historia pero en 'Niños grandes 2' vuelve al trabajo, aunque lo disimula bien. "Se supone que es un técnico de asistencia de televisión por cable pero, como todos ellos, ha descubierto la forma de no dar un palo al agua, o hacer lo menos posible".
Finalmente, Marcus Higgins (David Spade) en esta nueva entrega recibe su merecido. "En la primera película –recordó– descubrió el estilo de vida que pensaba que quería. Pues resulta que, en la secuela, se da cuenta que su vida fácil y libre no lo es tanto, tiene un hijo cuya existencia desconocía y vuelve al pueblo para pasar tiempo con el padre que nunca conoció. Y además, el niño tiene 18 añitos, es enorme y está muy pero que muy amargado por el rencor".
Autor: La opinión de Murcia
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