lunes, 15 de julio de 2013
Crítica de "El Hipnotista"
Con «Mi vida como un perro» Lasse Hallström vio abiertas las puertas de Hollywood. Allí realizó joyas de orfebrería como «Quién ama a Gilbert Grape» y, sobre todo, «Las normas de la casa de sidra». Hacía 25 años que el director no rodaba en sueco y lo ha hecho en este thiller con la mano firme que le caracteriza, pero con un guíón tan endeble que ha hecho que el filme casi se le caiga de las manos.
Lagunas insólitas, casi intolerables, párrafos mal explicados, languidez y frialdad tan gélidas como la escenificación de la película, reinan en este trabajo. Hallström echa mano de toda su sabiduría y apenas consigue salvar el barco con una fotografía excelente y ese tono sombrío que suele envolver a las ciudades nórdicas.
Esa atmósfera pesada, casi oscura, como si siempre fuera de noche, envuelve en un halo fantasmal toda una narración que, sin embargo, se hace vulgar y fría. Un fin previsible y soso certifica una película con escasa historia.
Autor: José Manuel Cuéllar (Dario ABC)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario