Pese a la mediocre taquilla y el hostil recibimiento crítico sufrido en
Estados Unidos por este breviario de autoayuda camufado de fabulilla
fantacientífca, albergaba esperanzas de que me ocurriera como en otros
títulos de M. Night Shyamalan. Es decir, que apreciase bondades
sufcientes, sobre todo en el ámbito del contenido, como para desdeñar el
dictamen mayoritario. Por desgracia, y pese a que la bandada suele
carecer de perspicacia para valorar casi cualquier obra forjada en la
gran industria pero concebida con ánimos creativos más osados de lo
habitual (véase 'La Joven del Agua', esa incomprendida maravilla, o la
desigual, aunque por momentos hipnótica, 'El Incidente'), lo cierto es
que esta vez coincido con el sentir general: 'After Earth' tiene más de
incómoda catarsis parentoflial y de hueco facsímil posthumanista (no hace ni falta evocar a esa secta aludida por todos) que de película mínimamente reconocible (y defendible) de su director.
Y es que partiendo de una trama (sic) del propio Will Smith, desarrollada, encima, por otros escribanos más, era de temer lo que nos hemos encontrado: el cobra y corre de un Shyamalan en horas bajas cuya subsistencia en el Hollywood de hoy pasa más por encargos así que por la reivindicación del prestigio autoral ganado hace unos años.
Autor: Antonio Trashorras (Fotogramas)
Y es que partiendo de una trama (sic) del propio Will Smith, desarrollada, encima, por otros escribanos más, era de temer lo que nos hemos encontrado: el cobra y corre de un Shyamalan en horas bajas cuya subsistencia en el Hollywood de hoy pasa más por encargos así que por la reivindicación del prestigio autoral ganado hace unos años.
Autor: Antonio Trashorras (Fotogramas)
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