miércoles, 23 de enero de 2013

'Jack Reacher', Tom Cruise reparte justicia


‘Jack Reacher’ (Christopher McQuarrie, 2012) pertenece a la cada vez más rara especie de dignos entretenimientos que dan lo que cabe esperar de ellos, y un poco más. Ahí tenéis el póster; además de dejar claro que Tom Cruise es el protagonista, incluye todos los ingredientes que atraen a los fans del cine de acción: peleas, tiroteos, persecuciones y chicas guapas.


Pero ‘Jack Reacher’ no es el típico producto de acción que se limita a cumplir con las mínimas expectativas del público menos exigente, satisfecho con ver golpes y disparos (y un poco de sexo) mientras se da un atracón de palomitas. Es un film cuidado, con gusto, que destaca por una puesta en escena poco habitual en estos tiempos —McQuarrie toma como referente el thriller crudo de los años 70— y aspira a convertirse en el comienzo de una nueva franquicia cinematográfica. Sin embargo, los resultados de taquilla en EE.UU. están por debajo de lo que esperaban en Paramount, que al parecer no va a dar luz verde a más entregas. Al menos de momento y con Cruise en el papel principal.


No es que el actor lo haga mal, al contrario, vuelve a cumplir de manera impecable —es de las estrellas más competentes de las últimas décadas y un intérprete infravalorado—, pero si este film no ha sido el éxito que se esperaba tendrán que buscar un nuevo rostro para Jack Reacher, el popular personaje literario creado por el escritor Lee Child —seudónimo de Jim Grant, al que podemos ver en la imagen de arriba interpretando a un policía—. Ya hubo cierta controversia cuando se anunció el fichaje de Cruise porque los fans de las novelas consideraban que el físico del protagonista de ‘Misión: Imposible’ no tenía nada que ver con el de Reacher (dos metros de altura y más de cien kilos de peso). Child respondió que eso era un detalle irrelevante y seguro que tiene razón, pero entiendo la queja de sus lectores.

Porque si uno ha estado siguiendo las aventuras de un personaje se ha acostumbrado a una imagen concreta y cuesta aceptar un cambio tan drástico. Además, es Tom Cruise. Supongo que al verle en pantalla seguirán viendo al actor, no a Jack Reacher. Pero como digo, él está bien, hace creíble a este tipo duro, es un papel que le gusta interpretar y se siente cómodo, además McQuarrie se preocupa de que en pantalla parezca más alto de lo que es realmente. Quizá por respeto a los fans o por coherencia con la historia, aunque quizá se hubiera hecho en cualquier caso, no suele gustar que los protagonistas sean más bajos que las actrices a las que besan. Precisamente el personaje femenino es uno de los puntos débiles de la película, culpa del guion y de la interpretación de Rosamund Pike, que nunca consigue dotar de credibilidad a la atractiva, brillante, sensible y enamoradiza abogada en peligro.


McQuarrie traslada a la gran pantalla la trama de ‘Un disparo’ (‘One Shot’, 2005), el noveno título en el que Child involucra a Jack Reacher —presentado en ‘Killing Floor’ (1997)—. Es un investigador militar retirado, solitario, parco en palabras, chapado a la antigua y con su propio código moral. Viaja en autobús, no usa teléfono móvil, carece de residencia fija, nunca recoge el dinero de su jubilación en el mismo sitio y la ropa que usa es la única que posee. Y si se cruza con un tipo que trata mal a una mujer, lo machaca a golpes. Por el tono de la narración y el claro homenaje/plagio a ‘Harry el sucio’ (‘Dirty Harry’, Don Siegel, 1971), no pude evitar pensar que Jack Reacher habría sido un papel ideal para Clint Eastwood, aunque no sé si éste habría dejado pasar la oportunidad que se presenta en el motel —buen detalle el de la letrada pidiendo a Reacher que se ponga una camisa—.

La misión del protagonista es resolver un extraño asesinato múltiple, en apariencia resuelto fácilmente por la policía. Otro exmilitar, un francotirador, ha liquidado a cinco personas. Porque sí. Porque está loco y necesitaba matar. El caso parece cerrado, las pruebas son muy claras, pero Reacher huele a chamusquina y se lanza a buscar la verdad. El proceso engancha, le mantiene a uno en tensión, sin embargo la resolución no está a la altura de las expectativas y deja un sabor agridulce —el plan que hay detrás del crimen es absurdo, excesivamente rebuscado—. La película va de más a menos, tiene un arranque fabuloso, un nudo entretenido y un flojo desenlace, no solo por la decepcionante resolución del caso sino porque McQuarrie no está muy fino orquestando la definitiva ensalada de tiros —le ocurrió lo mismo con su ópera prima, la simpática ‘Secuestro infernal’ (‘The Way of the Gun’, 2000)—.


Las torpezas del último tramo resuenan en la memoria cuando uno se levanta de la butaca y abandona la sala pero no sería justo hundir el conjunto por una última media hora más o menos decepcionante. Eficaces diálogos, una investigación interesante —con una secuencia formidable en la que se recrea el crimen desde el punto de vista de las víctimas—, algunas escenas de acción muy bien filmadas —durante la persecución en coche tenía la sensación de estar dentro del vehículo, algo que en los últimos años solo me ha ocurrido con ‘Drive’ (Nicolas Winding Refn, 2011)— y un eficaz reparto —Richard Jenkins, David Oyelowo, Jai Courtney (hijo de John McClane en la última entrega de ‘Jungla de cristal’), Werner Herzog, Robert Duvall…— elevan por encima de la media a esta divertida ‘Jack Reacher’.

Mira por la ventana. Dime lo que ves. Ves las mismas cosas que ves todos los días. Bueno, imagina que nunca lo has visto. Imagina que has pasado toda tu vida en otras partes del mundo, y te han dicho que estás defendiendo la libertad. Finalmente decides que ya has tenido suficiente. Es hora de ver a qué has dedicado tu vida entera, todo. Tener parte de esa libertad para ti. Observa a la gente. Dime cuántos son libres. Libres de deudas. Ansiedad. Estrés. Miedo. Fracaso. Indignidad. Traición. ¿Cuántos desearían haber nacido sabiendo lo que saben ahora? (Jack Reacher)

Autor: Juan Luis Caviaro (Blog de cine)



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