viernes, 22 de febrero de 2013

'Siete psicópatas': La película


Mi compañero Reporter en su correspondiente crónica el pasado mes de octubre la definió como "la mejor cinta vista este año en Sitges”; más sencillamente como “LA película”. Desde el mismo lugar y por las mismas fechas un servidor tecleo desde su móvil que "a falta de la revisión final de todo lo visto en frío y ya en Madrid, la mejor y más completa película occidental que he tenido el gusto de ver, y es posible que la mejor a secas. Aun no la he podido digerir del todo, un festival no deja mucho margen de maniobra, y no tengo muy claro que decir de ella, si acaso que su guionista y director, Martin McDonagh, se confirma como un valor al alza muy a tener en cuenta. Mezcla de comedia, drama y thriller, un filme inteligente bien planteado y concretado en donde mejor no destacar nada ante el riesgo de menospreciar algo. Lo dicho, una joya".

Pues bien, ya he tenido la oportunidad de darle esa merecida (y ansiada) revisión en frío con la que despejar posibles dudas, aclarar ideas y contrastar emociones que sitúen en su justa medida a la que es por derecho propio una de las mejores y más completas películas de 2012 para quien estas líneas suscribe, ahora sin titubeos, miedos o respetos, tanto que la ausencia prácticamente total de menciones hacia ella durante la temporada de premios me parece lo suficiente indignante como para alcanzar a título personal la categoría de cabreo, más todavía al comprobar que, sin acritud, Ben Affleck está nadando entre galardones de igual manera que el Tío Gilito entre su dinero por un filme tan simplemente correcto y de recorrido tan corto como es 'Argo', consideración por cierto igualmente corroborada en un segundo y reciente visionado que, igualmente sin acritud, no ha mejorado en nada al primero. Ya se sabe, hay quien cae y hay quien no cae, hay quien sabe venderse y hay quien no sabe venderse. Hay quien es accesible y hay quien no lo es tanto. Y la industria y lo que no es la industria está llena de auténticos psicópatas. Como siempre demagogia al poder: O eso o el mundo se ha vuelto loco, loco y aún más loco…

Hablar en términos tan absolutos como "la mejor" de todas formas es tan relativo, aleatorio, caprichoso e irrelevante que es muy peligroso tomárselo en serio, como lo es también tomarse en serio 'Siete psicópatas'. Y estúpido por supuesto, como lo es valorar a base de comparaciones y no de méritos propios, y que puede hacer que cualquier cosa sea mejor o peor a discreción del momento y de quien lo suscriba, de ejemplo esa 'La Jungla 4.0' a la que para algunos parece que la quinta ha hecho tan buena como ya lo venía siendo. Precisamente, y de ahí toda esta parafernalia gratuita, una de las mejores cualidades de la nada gratuita 'Siete psicópatas' es su sobraba personalidad a prueba de comparaciones, porque este excelente ejercicio de estilo y retorcido espectáculo de cine sobre cine resulta complicado encontrarle a quien le mire a la cara, salvo si no es ella misma. Siempre habrá referencias y parecidos, asociaciones más o menos caprichosas y en ocasiones muy personales, pero de lo que no hay duda es que guste más o menos 'Siete psicópatas' es lo que viene siendo un filme original, reconocible, particular... y si, personal, una especie de ensayo metalingüistico entre creador, espectador y narrativa que se hace querer gracias a su arrolladora capacidad para burlarse, en primer lugar, de sí misma.

La cualidad que mejor define a esta caricatura llamada 'Siete psicópatas' es que se trata de un filme sumamente interesante por encima de cualquier otra característica; o tíldese de "curioso", si se prefiere. Y más allá de un visionado fácil y muy distendido (que es en donde se queda 'Argo') ofrece además un plus, ese doble juego metanarrativo que tanto peso adquiere en una segunda mitad que se permite la libertad de ser completamente libre, y por supuesto, algo más que una "simple" película sobre tíos con armas. La vida de un guionista cuyo guión interfiere en su vida de la misma manera que su vida interfiere en su guión, para entendernos, es un constante feedback burlesco en el que el uno depende y alimenta al otro con desparpajo y alevosía, permitiendo incluso a sus personajes dar forma al argumento a través de sus antojos y caprichos. Toda una brillante reflexión sobre el arte de construir una historia tan respetuosa como ácida, tan lúcida como perspicaz, toda ella empaquetada bajo la apariencia de un violento thriller digno de los 90 post-Tarantino en donde, y a diferencia del propio Tarantino post-Tarantino, se recupera la esencia y la supremacía del concepto sobre la imagen, el sonido o las balas, de la pureza de las palabras sobre una forma nada gratuita, artificiosa o excesiva.

Tras la sensacional 'Escondidos en Brujas', una de las grandes sorpresas de los últimos años, y lejos de conformarse con repetir un mismo patrón acomodado el dramaturgo Martin McDonagh, quien se ha confesado como un director sin ánimo de lucro (y que le dure), ofrece un segundo trabajo ciertamente inclasificable y al que cuesta definir de forma breve y sencilla que destaca, sobremanera y tal vez no por casualidad -dada su formación-, por su estupendo guión y una no menos excelente dirección de actores "masculinos" -uno de tantos guiños entre creador y creación- y entre los que destaca, aún corriendo el riesgo de dar la sensación de menospreciar algo... como no sé, a Abbie Cornish y Olga Kurylenko- un Sam Rockwell que se adueña de buena parte del alma del filme. Un filme que aún cayendo de nuevo en la comparación con 'Argo'... ofrece ese valor añadido que tanto reclamaba el joven cineasta de 'Super 8' que hace de ella, además de un buen filme como lo es el de Ben Affleck, un filme también interesante y especial, y que sobrevive en nuestro recuerdo tanto por sus méritos como por la simpatía de una propuesta que escapa a lo habitual. En resumen, 'Siete psicópatas' no es una película cualquiera... es LA película, o una de ellas, al menos.

Autor: Juan Pairet Iglesias (El Séptimo Arte)

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