viernes, 21 de diciembre de 2012
'El alucinante mundo de Norman': El alucinante aroma de los Goonies
Una de las cosas que más fastidian en cualquier deporte es que te metan un tanto en el último instante, especialmente si este puede echar por tierra el buen trabajo desarrollado durante todo un partido que hasta entonces parecía ganado dejando, además, una sensación agridulce que si bien no tiene por qué ser justa para con los méritos sumados si resulta fundamental para nuestro estado de ánimo. Algo así pasa con 'El alucinante mundo de Norman', cinta de animación que después de lograr durante algo más de una hora dar forma a una sensacional propuesta para grandes y no tan grandes pierde fuelle de forma evidente durante sus últimos 15 minutos que si bien, sin ser para nada malos, si carecen de la magia, el humor o la fuerza de los que los preceden influyendo, sobremanera, en un veredicto final que se ve lastrado por esta impresión, no lo olvidemos, con la que nos despedimos de la sala.
De los creadores de 'Los mundos de Coraline' nos llega esta nueva producción animada mediante la entrañable técnica de la stop-motion, la cual por desgracia y más allá de la curiosidad inicial no parece contar con el beneplácito de una buena parte de un público que en ocasiones, sinceramente, parece imbécil y entre los cuales, que conste, también me incluyo... en ocasiones. Y el que esté libre de pecado que arroje el primer tweet. En el caso que nos ocupa es una verdadera lástima que exista la sensación de que, al igual que le pudo ocurrir a la no menos interesante 'Frankenweenie' el pasado mes de octubre, una cinta tan notable vaya a ser dejada de lado e incluso a ser menospreciada por la audiencia de forma harto gratuita, y sin brindarle la oportunidad a defenderse allí en donde toda película que así podemos llamar como tal por derecho propio tiene derecho a defenderse (este o no disponible para "bajar" en el momento de su estreno...).
El hábito no hace al monje, se suele decir, y si bien en última estancia lo importante es la historia que se nos cuenta en no pocos casos, especialmente en lo que a animación se refiere, el medio resulta tan influyente en el resultado final que no se puede hablar de lo uno sin hablar de lo otro, o cuanto menos sin tenerlo muy cuenta... que por algo existe la categoría de mejor película animada en los Oscar, y a partir de ahora, también en nuestra Copa de Cine del E7A. Y 'El alucinante mundo de Norman' es una producción bastante más interesante de lo que de media suelen ser, cada vez más y por costumbre, buena parte de las cintas elaboradas mediante animación por ordenador, sin lugar a dudas el (poderoso) enemigo actual a batir por cualquier otra técnica de animación... e incluso por una propia CGI cada vez más repetitiva, impersonal y aburrida que va camino de perder esa personalidad que tanto le sobra, precisamente, a una técnica tan artesanal como la stop-motion.
Y precisamente esta cualidad artesanal, o más bien la personalidad que fluye a través de ella, es uno de los principales encantos de 'El alucinante mundo de Norman'... para quien así lo quiera ver y prejuicios al margen, y una cinta que si exceptuamos el bajón ya mencionado que se produce en sus últimos minutos es toda una delicia... y sí, una de las mejores películas de animación del año, aunque tanto esta limitación de técnica como esta misma frase hiperbólica huelan a rancio desde antes de girar la esquina que conduce a la última esquina. Hasta el rabo todo es toro, empleando otro de los tantos dichos del que disponemos en el castellano, y es que si es importante causar una buena impresión de primeras, y la de este 'Norman' es inmejorable, no es menos importante ofrecer un final a la altura de las circunstancias que tú mismo has planteado para rubricar el triunfo. O siguiendo con el modelo deportivo, cuando el chico juega en la cancha del grande ha de dar el 100% durante el 100%... como la vida misma.
'El alucinante mundo de Norman', la mayor parte de ella, es una divertida y trepidante cinta de animación (repito por si no lo había dicho ya) que, en la misma línea que ya lo fuera la estupenda 'Los mundos de Coraline', ofrece un espectáculo narrativo bastante gamberrete, maduro, algo oscuro y principalmente enfocado para niños no tan pequeños y adultos no tan mayores, quizá uno de los fallos desde un punto de vista meramente comercial... pero uno de sus principales argumentos a la hora de presentar una película hecha y derecha, libre de adoptar un tono de terror genuinamente de serie B conscientemente paródico si le place, y no un mero pasatiempo con la mala leche agriada al que sobrevivir ya sea con o sin esos pequeños bastardos alrededor. Llena de referencias, guiños y bromas de todo tipo, Laika ofrece en su segunda propuesta una especie de cruce entre la propia 'Coraline' y ese espíritu de 'Los Goonies' con el que tantos hemos crecido... y al que nunca se ha de mentar en vano.
Y no, la referencia a 'Los Goonies' no es gratuita, para nada, y precisamente es en parte por ese motivo por el que en sus últimos minutos la cinta parece quebrar su propia dinámica: porque es cuando pisa el freno y ese (divertidísimo) espíritu a 'Los Goonies' se diluye... y aunque no sea para caer en la clásica cantinela moral o melodramática que enturbia los corazones a nuestros hijos, si es para cambiarle la marcha a un relato cuyo (bello) tramo final parece extraído de otra película. Porque a diferencia de lo que ocurría por ejemplo con '¡Piratas!' o 'El origen de los guardianes', Laika deja margen para que se desarrolle una verdadera historia entre fotograma y fotograma, para que su estilizada premisa sea algo más que un refugio para un continuo (y cansino) recital de bromas gratuitas -caso de la primera- o una colección de fuegos de artificio para que los más pequeños den un momento de respiro a sus papás -caso de la segunda-. Porque 'ParaNorman' es una película, lo primero.
Algo de todo esto hay, por supuesto, y humor no le falta ni a la hora de lidiar con la muerte de forma valiente y atrevida ni una argumento que, al fin y al cabo, gira en torno a un grupo de zombies sedientos de ese cerebro que no abunda y un fin del mundo tan de moda en el día de hoy (pero cuya luz parece que aún no nos ha llegado). Y ni mucho menos le falta espectáculo, una producción magistral a nivel visual y técnico ya sea en 2D o 3D que nos regala no pocos fotogramas con marchamo de obra de arte, y que sobretodo en un panorama tan sobrecargado de propuestas como es el cine de animación ofrece un soplo de aire fresco, algo distinto, personal y reconocible. Lejos de ser la clásica producción comercial animada que viene a vivir de las vacaciones navideñas de los más pequeños, 'El alucinante mundo de Norman' es un filme que como se escribe en las siempre estupendas notas de producción de Universal Pictures se vale para contar una historia mágicamente emotiva y espantosamente divertida... una joya, en resumen, a la que se antoja muy apropiado darle una oportunidad.
Autor: Juan Pairet Iglesias (El Séptimo Arte)
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