jueves, 20 de marzo de 2014
Crítica de "Ocho apellidos vascos"
De entre los rescoldos de Vaya semanita, donde se han asado vuelta y vuelta algunos sketches de barra de Los morancos, surge este noble (en la más pura tradición del tópico vascongado) intento de trasladar la fórmula de equívoco, patadón y tentetieso (y a poder ser, su taquilla) de la francesa Bienvenidos al Norte (exitazo mundial que ya tuvo su chocarrera versión en Italia: Bienvenidos al Sur). Y desde los apellidos del título, sus responsables aciertan al separarse del RH sanguíneo del modelo para ampliar la propuesta a dos carriles de ida y vuelta Euskadi-Andalucía con hijuelas (el giro del personaje de Carmen Machi, fetén). Es también éste el retorno a un tipo de comedia muy pegada al chiste puro, que toma el corte romanticón chico-conoce-chica (gran arranque, perfecto el contrapunto entre el barroquismo del buen debú de Dani Rovira y la bella sequedad de Clara Lago) sólo como excusa a mayor gloria del enredo autonómico y que viaja en su humor de lo sublime (la cena con recuento de apellidos, cumbre) a lo grimoso (Los Del Río attack) con una naturalidad arrebatadora, a mayor gloria del altibajo sin complejos. La peli tiene eso tan subjetivo y delicado que conocemos como gracia. Sí, muchísima gracia, tan peligrosa y susceptible de no ser reconocida en un día nublado del espectador, pero tan definitiva como la diferencia entre un chascarrillo contado por tu suegra o por tu mejor amigo. Y entre risas desengrasantes se agradece a Martínez-Lázaro, con una carrera que alterna el drama severo made in Spain con la comedia con colas en los cines, ceder el protagonismo al campo minado de gags que proponen Cobeaga y San José, dos tipos que quieren cargarse el refranero español: son graciosos y merecen caer en gracia. Salvamos incluso que, excepto Karra Elejalde (extraordinario, sólo Arguiñano podría hacer corpóreo tanto vasquismo sobre sus hombros), ninguno de sus protagonistas sea de la provincia de su personaje. Con todo, y sin pretenderlo (aúpa ahí), Ocho apellidos vascos hace más por la convivencia entre gentes que comparten DNI que todos los partidos políticos del Estado en las últimas cuatro o cinco legislaturas.
Autor: Carlos Marañón (Cinemanía)
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